De icono de la riqueza a paraíso de la decadencia y el crimen, esa es la triste historia de ponte city, el rascacielos más alto del continente africano. Esta imponente torre circular de 52 plantas se construyó en 1975 y pronto se convirtió en un símbolo de estatus social. Antes de su particular descenso a los infiernos, todo el mundo quería vivir allí: con 173 metros de altura, sus apartamentos de lujo de tres plantas con yacuzzi y unas infinitas vistas de la ciudad, era el lugar preferido de la élite Blanca de johannesburgo
Pero entonces llegó la democracia y todo cambió. En la década de 1990, con el fin del apartheid, muchas pandillas convirtieron el centro de la ciudad más poblada de Sudáfrica en un paraíso del crimen, se trasladaron al edificio y lo convirtieron en un gueto vertical. Ponte city se hizo extremadamente peligroso, se convirtió en refugio de delincuentes y en la prueba viviente de la decadencia urbana del antes cosmopolita barrio de hillbrow
“Con la democracia se inició el declive. Los blancos huyeron del centro de johannesburgo y la gente de raza negra ocupó la torre”, explica malcolm rees, periodista financiero, en el documental ‘ponte tower’ del realizador británico philip bloom. Rees es uno de los seis blancos que todavía viven en el rascacielos, todos ellos en la última planta.
En poco tiempo, la basura enterró tres pisos en el corazón del edificio, conocido desde entonces como ‘la torre oscura’. Desahuciado, a mediados de aquella década, hubo planes para convertir la construcción en una enorme prisión vertical al estilo de las vistas en películas como ‘brazil’ o, más recientemente, ‘dredd’
Al final, el proyecto no se materializó y en 2007 ponte city cambió de dueños. Los nuevos propietarios pusieron en marcha un proyecto de renovación llamado ‘new ponte’, que incluía la rehabilitación de 467 apartamentos, además de áreas comerciales y de ocio. Sin embargo, la crisis económica acabó con la resurrección del rascacielos: los bancos no proporcionaron la financiación necesaria y la ambiciosa obra acabó cancelada
Ahora ‘la torre oscura’ está en una especie de limbo. Los propietarios han realizado algunas mejoras, pero no las suficientes como para quitarse el estigma de edificio maldito: es considerado uno de los 10 edificios más feos del continente africano y su patio interior circular ha registrado más suicidios que ningún otro lugar de johannesburgo.