Hola, Irenale.
Comprendo perfectamente lo que dices, pero estoy empezando a no estar de acuerdo del todo, y de esa forma de pensar salió el post.
Por una parte, como bien comentas, la composición para midi tiene que tener en cuenta las limitaciones técnicas del hardware, pues sería casi imposible aún con el mejor equipo que te pudieras echar al cuerpo manejar todos los instrumentos, líneas y expresiones de una gran orquesta, individualizando lo que hace cada músico, a parte de que sería inviable por tiempo. Y por otra, como también dices, recursos que se utilizan normalmente en la orquestación real no dan buenos resultados en las producciones midi, o directamente no merecen la pena por pasar desapercibidos.
Por eso pensé las palabras del título del post, y hablo de orquestación midi. Como intenté explicar cuando abrí el post, en ese concepto incluyo tanto la posible partitura que se extraería de una producción de este tipo (donde entrarían composición y orquestación 'tradicionales'), como todos los pasos que hay que dar a posteriori para que esa partitura nos dé un WAV mínimamente creíble, elección de samples, mezcla, trabajo de expresividad y humanización.
Lo que yo he lanzado como razonamiento propio para abrir el debate es el hecho que cada vez más pienso que sí que existen diferencias entre componer para una o para otra, empiezo a intuir que bastante más incluso de lo que puedo pensar ahora. Y cuando se compone para midi tanto las limitaciones que has comentado tú como otros aspectos técnicos pueden condicionar la obra hasta el punto de ser parte importante de la propia composición, o por lo menos un condicionante muy grande.
Te pongo ejemplos para ver si consigo explicarme mejor; cuando tú creas una pieza para una orquesta real, no piensas en el lugar donde va a ser tocada. En cualquier sitio donde se ejecute, sonará bien.
Pero ahora imagínate una obra tipo el Vuelo del Moscardón que has compuesto para MIDI, y quieres darle el efecto de estar tocada en una gran catedral. Pues bien, es algo casi inviable, pues por cuestiones técnicas el delay que todas las reverbs aportan para simular ambientes grandes haría inaudible la obra, y se notaría totalmente artificial...y sin embargo una orquesta real no tendría problemas en tocarla y que sonara bien.
Pues resulta que cuando creas un gran ambiente a través del ordenador tienes que estar pendiente de que los instrumentos no pasen de cierta velocidad de ejecución de notas para que no se amontone el delay, o artificialmente quitas reverb a los instrumentos más graves (les terminas quitando protagonismo...) para que no enguarren toda la mezcla. Pues eso a un compositor para orquesta no tiene que tenerlo en cuenta en absoluto.
O por ejemplo, la intensidad. Si vas a hacer una obra con momentos intensos tipo las Walkyrias, tienes que pensar de antemano en qué medio va a ser reproducido antes de componerla, pues como sea para cine deberás comprimirlo bastante.
Es más, si la obra tiene momentos muy suaves y no has previsto esta diferencia de rango dinámico con ese movimiento tan rotundo, la compresión que por fuerza (para no matar ningún espectador, jeje) tienes que aplicar puede variar bastante el trabajo de dinámica que has hecho, dándole a la obra un carácter completamente distinto al que esperabas. Y desaparecerán detalles que antes quedaban perfectamente audibles y pasarán a primer plano otros que apenas se notaban, cuando en teoría tu intención al componer no era esa.
Y a lo mejor ese maravilloso crescendo se ha convertido en un momentillo cutre que ni da fuerza ni nada, y te tienes que plantear más armas que el cambio bestial de volumen, que ha de limitarse por características del medio. Y terminas cambiando instrumentos, añadiendo nuevas voces, etc, para dar esa misma sensación que habías dado sólo a través de un crescendo, con lo cual estás cambiando tu forma de componer inevitablemente. Hasta que llega el momento que te das cuenta que es más rentable componer así desde el principio, no?
De hecho, coged cualquier grabación de orquesta de una BSO de cine, por ejemplo, y pensad si una orquesta suena así. Pues no, no suena así...claro que suena a orquesta, y suena de puta madre (John Williams de todos los santos, te alabamos, óyenos....), pero aun siendo músicos de orquesta los que la han grabado, no suena ni parecido a como suena una orquesta en directo.
No habéis notado que los instrumentos cambian de posición durante las obras? Pasa muy a menudo...imaginaos al tipo de la trompa que toca 5 notas, y en un silencio se levanta y se va al otro extremo. Por qué? Pues porque a lo mejor queda un 'espacio' vacío en ese momento en otra parte del panorama, y ese metal que apenas sería perceptible tendría que sonar a una potencia tremenda, y cambiándolo de sitio suena más, más perceptible y sin aumentar el volúmen de Db, con lo cual el compresor no lo recorta. Y la mezcla suena más compensada.
Que el arpa o el piano a veces miden aproximadamente 38 metros, pues suenan los graves por un lado y los agudos por otro, e incluso a veces parece que han subido el arpa al carrito del carrefour para que un roll o una escala pase por delante de toda la orquesta? O que el glocken está metido entre el público, pues se oye perfectamente, cercano y con claridad mientras la orquesta de 120 tíos hace un tutti en ff.
Se hacen muchas cosas que no se harían nunca en una grabación clásica, se permiten muchísimas licencias que mejoran el resultado final, y por eso ese sonido tan típico a banda sonora, tan bonito, tan cálido, pero en el fondo tan irreal.
Bueno, analizando detalles de este tipo me he dado cuenta que nosotros más aún, que no contamos con músicos de verdad tenemos que prever estos detalles desde el mismo momento de la composición, pues ejercemos también el papel que haría un productor en un grupo de rock, de darle un 'aire' a nuestros temas desde el momento que empezamos a pensar una melodía, y pensar estos detalles en la misma composición.
Por ejemplo, habéis escuchado alguna vez una pieza midi que pueda meter 'caña' sólo con cuerdas? Sería lo más difícil del mundo, todos sabemos que las cuerdas es lo que menos realismo tienen si no se mezclan con otros instrumentos. Pues bien, una orquesta real sí que puede hacer, y sin problemas.
Pero nosotros a la hora de componer tenemos que pensar en meterle un metal por aquí o una percusión por allá, unos vientos de refuerzo para darle fuerza extra y para disimular los defectos propios de las librerías orquestales.
Si os habéis fijado, cualquier pieza de las que han despertado en este foro nuestra admiración por su realismo o por su similitud con una orquesta real (como la de los dos compositores que hemos hablado antes), tienen varias características comunes: usan percusión variada y constante (espectacular, muy efectista), hacen mucho uso de los metales, emplean voces de coro de relleno en los crescendos o en los tutti para apoyar el efecto...
Joer, de los últimos 3 conciertos de orquesta en los que he estado recientemente (con mi libreta apuntando detalles, jeje), en 2 de ellos la percusión era un timbal que salió hasta aburrido de no hacer casi nada. Y en el otro estaba el timbal y otro con varios 'toys', pero la mayor parte de los movimientos no hacía nada. Igual que independientemente de que fueran orquestas, compositores y estilos completamente distintos, en todas las obras un porcentaje grande de movimientos el protagonismo absoluto lo tenían las cuerdas, que se quedaban tocando sin ayuda de ningún otro grupo de instrumentos durante un gran porcentaje del tiempo del concierto.
Pues bien, eso considero que hoy en día es casi imposible de emular con realismo a través del midi, pues tendemos a sobrecargar las obras con percusiones, metales y vientos para intentar ocultar los defectos de las cuerdas, por ejemplo.
Y ese tipo de cosas sí que hay que tenerlas en cuenta cuando se compone, si no el resultado final no será creíble. A este tipo de detalles me refiero...
Salu2