#5897
Si alguna función ha desempeñado este virus, ha sido la de recordarnos que existen pocas certezas en este mundo. Pero eso ya lo sabíamos, aunque intentásemos sumirnos en el autoengaño para evadirnos de la cruda realidad. Deseos truncados nos han advertido muchas veces de que planificar una vida, es cuanto menos arriesgado. Ese matrimonio que debía durar toda la vida, esas metas laborales que se desangran durante el camino, esas enfermedades que no pensábamos tener que afrontar... Este virus es un recordatorio de todas las miserias de las que jamás hemos estado realmente a salvo.
La necesidad de certeza es una reacción comprensible, cuyo sustento biológico contribuye a nuestra supervivencia. Sin embargo, experimentada en cantidades industriales, se transforma en una proyección de todos nuestros miedos y de las inseguridades que nos aterran.
Esa obsesión por tenerlo todo bajo control, socava el pensamiento crítico y nos conduce al abismo de la superstición.
#5904 justo esa línea de pensamiento le expuse a los hijos de unos amigos cuando estaban en esa misma etapa de la vida, donde el carpe diem tiene un magnetismo tremendo.
Les dije: "nadie sabe cuánto va a vivir, así que siempre asumes un riesgo, pero la esperanza de vida en España es de unos 80 años. ¿En qué cesta quieres poner tu apuesta?"
#5909 Pero hoy se hace complicada esa reflexión. A principios de los 80 sabías que el camino del éxito estaba lleno de esfuerzo, no había otra. Aun no habían salido los Marioscondes, los Albertos, Lecquios y demás fauna. Hoy puedes ser instagramer, youtuber, streamer, tocarteloscojoner vamos... A la hora de convencer a un chaval, la competencia es dura.