Yoberog escribió:
Eso sí, La filántropica fundación de Bill Gates es la más rica del planeta, con un capital superior a los 35.000 millones de dólares.
En el mundo somos alrededor de 7.000 millones.
Tocamos a 5 millones de dólares por cabeza.
La ayuda humanitaria ronda los 70mil millones anuales... ¿no sería mejor repartirlos en lugar de gastarlos?, tocamos a 10 millones cada uno, si le sumamos los 5 de Gates... todos millonarios.
Yoberog escribió:
Soy tan tonto y tan lerdo que para mí, millonarios, genocidas y terroristas son la misma cosa.
Ni tú eres tonto... ni nosotros tampoco. Entiendo que te resulten ofensivas las desigualdades económicas y que seguramente no compartas la forma en que unos u otros administran sus fortunas o desarrollan su labor humanitaria. Tiene toda la lógica porque seguramente no todos ven los problemas del mismo modo en que los ves tú. Ni Gates es un santo ni probablemente sea el diablo.
En mi caso esos 70mil millones anuales durante los últimos 50 años no han servido casi para nada, lo que para mi invalida la labor de algunas organizaciones que tú respetas. Yo soy más de dar una caña de pescar que un pescado, de ahí que tenga más fe en el modelo de los microcréditos y en los proyectos de desarrollo basados en iniciativas empresariales.
Personalmente me gusta el enfoque de el Consenso de Copenhagen de Bjorn Lomborg, analizar las proyectos de ayuda bajo una óptica de cóste/beneficio:
http://www.copenhagenconsensus.com/Projects/CC12/Outcome.aspx
Ni que decir que a determinadas organizaciones particularmente ideologizadas este tipo de enfoque no les gusta nada.
Yoberog escribió:
los mayores perjudicados han sido y siguen siendo aquellos a los que, hipocritamente, ahora "ayudan".
Tampoco comparto la visión en la que el occidente desarrollado es el responsable de todos los males del tercer mundo. El estado del bienestar no es la regla, si no la excepción. El "estado natural" del ser humano sin el desarrollo económico, técnico y político de nuestra sociedad es básicamente la miseria: depender de la lluvia para las cosechas y vivir con el temor de que una mínima infección se te lleve por delante, tener hijos sabiendo que sólo unos cuantos sobrevivirán.
La miseria de determinadas sociedades es más evidente por el bienestar de que disfrutamos nosotros y obviamente es más que cuestionable que mantengamos fronteras que les mantengan en esa miseria mientras nosotros prosperamos y predamos en sus recursos naturales. Pero eso no supone que me crea el mito del buen salvaje que vivía en armonía con la naturaleza hasta que llego el malvado hombre blanco.