Algo buenistas; pero irreprochables observaciones, Triphasik.
Discutiría sobre lo de pensamiento caótico (no tanto sobre caos) y la confusión entre realidad e irrealidad en casos como el de Efegón.
Yo, realmente, con el cannabis no he tenido mayores problemas y, aparte de alguna paranoia a lo que estoy bastante predispuesto, no ha pasado nada; tampoco he fumado tanto: Sí tengo secuelas de un mal
tripy.
Pero creo que lo he contado, un pianista con el que tocaba fue disgnosticado en la López Ibor como paciente de
Psicosis cannabica y no dejó de fumar, mientras tomaba un buen coctel antipsicótico (a ratos, no lo hacía de forma continua)
Le enloquercía, le fomentaba el absentismo, le producía hilaridad incontrolada, cambios de estado anímico y humor, pérdida de concentración, lucidez a ratos y ofuscación a otros ratos, pérdida de memoria (y eso que era joven), cambios en el apetito alimenticio y en el sexual, aturdimiento, tos, pesadillas, eso sí, de vez en cuando se reía (lo de la hilaridad que ya comentaba), vamos un potencial inagotable de logros desvelados gracias al blando e inocente THC.
Sí, los
porritos güenos son un accesorio que no debe faltar en un foro de músicos y, sobre todo, de técnicos.
Otro pianista amigo, este aun vivo, (menuda si es vivo) echaba de sus bandas a quien fumase porros antes de tocar y no le falta razón: está más que demostrado que distorsiona la percepción del tiempo y el espacio, ideal para tocar cualquier clase de música.
Eso sí,
el inombrable que se cuide, que bebe sin conocimiento...