klausmaria escribió:Describe una situación en la cual varios individuos, motivados solo por el interés personal y actuando independiente pero racionalmente, terminan por destruir un recurso compartido limitado (el común) aunque a ninguno de ellos, ya sea como individuos o en conjunto, les convenga que tal destrucción suceda.
Me ha recordado a la historia de los renos de la isla de Saint Matthew:
Alguien escribió:Saint Matthew es una apartada isla junto a Alaska que durante siglos
había estado tranquila en medio del frío Mar de Bering. Un punto como
otro cualquiera en un inmenso desierto azul de agua y hielo al que,
durante la segunda guerra mundial, algún cerebro militar se le ocurrió
darle una función bélica instalando una estación de radio (Long range
radio navigation system, LORAN)
Corría el peligroso año 1944 cuando se designó un equipo de 19 hombres
que se encargarían de las instalaciones y del proyecto en la isla.
Junto con todos los materiales a bordo, también se cargaron 29 renos
que, en caso de necesidades sobrevenidas, pudieran servir de
aprovisionamiento y alimento. Estando en guerra, nunca se sabe lo que
puede pasar...
Sin embargo, cosas del destino, la historia quiso que la guerra
terminara un año más tarde y los planes del alto mando ordenaran
desmontar el campamento y volver a casa. Dicho y hecho, aquellos 19
hombres empacaron, embarcaron y regresaron a sus hogares... dejando a
aquellos 29 renos en la isla.
Saint Matthew volvía a ser una isla desierta, aunque en esta ocasión
albergaba a unos invitados recien llegados que, en ausencia de humanos,
se convertirían en amos y señores del lugar.
Los renos se acomodaron a sus anchas y, con un clima adecuado, una
vegetación abundante y sobre todo, sin depredadores que les pudieran
incordiar, debieron pensar que el ser abandonados en aquella remota
isla, al fin y al cabo, no iba a ser tan mala idea.
Pero ya sabéis que el tiempo pasa volando, aunque seas un reno feliz y
resulta que en 1957, los curiosos habitantes de Saint Matthew iban a
recibir de nuevo a un puñado humanos curioseando por allí.
Se trataba de un equipo de investigadores que al llegar se quedó
asombrado... en tan solo un periodo de 13 años la colonia de renos
había pasado de los 29 originales a 1350 ejemplares.
Los renos, toda una colonia a estas alturas, estaban bien alimentados,
saludables y se habían multiplicado a un ritmo más que considerable.
Desde aquel año de 1957 hasta la próxima visita humana a Saint Matthew
habrían de pasar otros 6 años, para situarnos en 1963.
La población de renos en esos seis años había pasado de 1350 renos a la
ya multitudinaria cifra de 6.000 ejemplares. Un fascinante crecimiento
que dejó con la boca abierta a los investigadores que regresaron a
Saint Matthew... aquel asombro se convertiría en estupor tan solo 3
años después...
1966. Nuevos investigadores, interesados en esta interesante colonia de
renos regresan a la isla y se encuentran con lo impensable...
centenares de huesos, esqueletos y cadáveres diseminados por toda la
isla... el apocalipsis maya en versión reno.
En el espectacular lapso de tres años (1963 a 1966) la población de
6.000 renos se había visto reducida drásticamente a cifras
escalofriantes: Sólamente habían sobrevivido 42 ejemplares, de los
cuáles y para más desgracia, tan sólo quedaba un macho que,
posteriormente se comprobó esteril.
La isla, antes verde y fértil, se encontraba totalmente agotada y la
vegetación apenas se encontraba cuando antes abundaba por cualquier
rincón.
El desmesurado crecimiento de la población acabó con los recursos de
Saint Matthew hasta que un breve invierno de escasez, bastó para acabar
con la próspera comunidad de renos.
¿Seremos los humanos los próximos renos de la isa Planeta Tierra?