Hace una semana he podido volver a vivir en mis propias carnes la tremenda hipocresia de las instituciones que se dedican a formación superior en sonido. Concretamente, estuve reunido con un importante cargo de acceso de una universidad centrada en estudios superiores de música. El caso es que comentando conceptos, todos relacionados con contenidos y dinámicas de estudio, llegué a la conclusión de que la cifra de 5 números que costaba dicha formación, sin contar el coste del material, sin el cuál según "su entender" era imposible llegar a ser algo en este mundillo, la conclusión a la que llegué es que, o inviertes mucho dinero en software y aparatos o mejor te dediques a hacer pasteles. Esta conclusión no me parece en absoluto defenestrable, al contrario, si a mi me miran a la cara y me dicen, "oye compañero es lo que hay, o te gastas una pasta, o ya te puedes ir por la puerta..." pues nada cojo la puerta y me voy. Pero lo fuerte es que despues de 45 minutos de conversación (haciendome pasar por supuesto por una persona con conocimientos medios de sonido, soy licenciado en física aplicada...) ésta persona no paraba de llevarme al huerto y de explicarme, que si experiencia por aquí que si experiencia por allá y de venderme motos cada cual más potente que la anterior.
Cruel mundo éste donde reina la fábula del rey desnudo, que gran verdad...