“El sistema electoral es la enfermedad: siempre prevalecen los mismos intereses”
Una treintena de personas escucha a un hombre con un megáfono en la Plaza Antonio Gala de Tres Cantos, a las afueras de Madrid. Entre ellos, Natalia Muñoz-Casayús, que viene con un cartel bajo el brazo. Un cartel que se ha trabajado minuciosamente, con el mensaje de su lucha: conseguir que se reforme la ley electoral. También lleva una banda de sufragista.
Natalia se crió en Canadá. En una sociedad más igualitaria que la española. Le gustaría que en este, su país, se produjeran menos distinciones sociales.
Muñoz-Casayús, jurista de 35 años que está preparando oposiciones a administradora civil del Estado, empezó a escribir en enero un blog: Reformaleyelectoral.info. Cuando oyó hablar de Democracia Real Ya (DRY) y de la manifestación del 15 de mayo, decidió subirse al carro. “Quería aportar mis conocimientos jurídicos”. Acudió a algunas asambleas y una vez pasado el 15-M, cuando se empezó a hablar de la extensión a barrios y pueblos, dejó DRY para integrarse en la Comisión de Política y Economía de Tres Cantos, población a 20 kilómetros de la capital.
*La reforma electoral. Muñoz-Casayús considera que la mayor parte de los males que aquejan a este país se deben al sistema electoral. Dice que fue concebido en un momento, la Transición, en que era preciso formar grandes mayorías para dar estabilidad a un país que daba sus primeros pasos en democracia. Pero esa fase está más que superada.
Ahora, al contrario, lo que necesita la democracia, en su opinión, es que se oigan más voces, no solo las de los dos grandes partidos. “La mayor parte de la gente piensa que esta es una propuesta más, no se da cuenta de la trascendencia de la reforma electoral, de sus implicaciones. Con un congreso que representara fielmente a la soberanía popular, muchas reivindicaciones ciudadanas entrarían por fin en el debate parlamentario e influirían en nuestras leyes y en la actuación del Gobierno.
¿Por qué hay en España este bipartidismo feroz, esta corrupción, especulación inmobiliaria, falta de regulación de los mercados financieros, despilfarro autonómico?: por la ley electoral.
Solamente estamos mirando los síntomas, pero no la enfermedad.
No estamos curando la enfermedad, y la enfermedad se halla en el sistema electoral, que garantiza que siempre prevalezcan los mismos intereses”.
La comisión de Política y Economía de Tres Cantos ha debatido mucho acerca de la reforma. La solución que proponen ya se ha escuchado en otros foros: aumentar el número de diputados de 350 a 400. Eso dotaría de una mayor proporcionalidad al sistema, permitiría que pequeños partidos tuvieran más fácil la entrada en el Congreso. Para eso, dice que hay que bajar la representación mínima inicial por provincia de dos escaños a uno. ”Es más importante que estén representados los ciudadanos a que lo estén las provincias”, sostiene. “Que no lo llamen democracia si luego es ‘provinciocracia”.
El aumento del número de diputados, explica, se podría equilibrar con la supresión del Senado: “No tiene ninguna función de impacto en las decisiones del país”. Propone que se revise también la necesidad de que sigan existiendo algunas Diputaciones Provinciales. “Si la democracia no se cuida, si no la protegen los ciudadanos, se deteriora. Los políticos tienen primero sus intereses; los intereses generales van detrás”.
*15-M y 20-N. Tiene claro lo que quiere ver el 20-N: “Mi deseo es que el bipartidismo sufra una cierta erosión. Que en las instituciones se oigan más pareceres políticos, y que por fin se oiga el eco de las reivindicaciones ciudadanas”. En cuanto al futuro del movimiento, dice que el 15-M no tiene que preocuparse de su supervivencia. “No es una organización, ni un partido, no necesita perpetuarse. No se trata de eso. Se trata de que los partidos políticos dejen de monopolizar el debate y de que la ciudadanía tenga una voz. Hay muchas organizaciones que llevan trabajando durante años, como Plataforma de Afectados por la Hipoteca, Adicae, Attac y nadie les escuchaba porque no había fuerza. El 15-M es el catalizador que ha dado fuerza y proyección a esas organizaciones y movimientos”.
Una treintena de personas escucha a un hombre con un megáfono en la Plaza Antonio Gala de Tres Cantos, a las afueras de Madrid. Entre ellos, Natalia Muñoz-Casayús, que viene con un cartel bajo el brazo. Un cartel que se ha trabajado minuciosamente, con el mensaje de su lucha: conseguir que se reforme la ley electoral. También lleva una banda de sufragista.
Natalia se crió en Canadá. En una sociedad más igualitaria que la española. Le gustaría que en este, su país, se produjeran menos distinciones sociales.
Muñoz-Casayús, jurista de 35 años que está preparando oposiciones a administradora civil del Estado, empezó a escribir en enero un blog: Reformaleyelectoral.info. Cuando oyó hablar de Democracia Real Ya (DRY) y de la manifestación del 15 de mayo, decidió subirse al carro. “Quería aportar mis conocimientos jurídicos”. Acudió a algunas asambleas y una vez pasado el 15-M, cuando se empezó a hablar de la extensión a barrios y pueblos, dejó DRY para integrarse en la Comisión de Política y Economía de Tres Cantos, población a 20 kilómetros de la capital.
*La reforma electoral. Muñoz-Casayús considera que la mayor parte de los males que aquejan a este país se deben al sistema electoral. Dice que fue concebido en un momento, la Transición, en que era preciso formar grandes mayorías para dar estabilidad a un país que daba sus primeros pasos en democracia. Pero esa fase está más que superada.
Ahora, al contrario, lo que necesita la democracia, en su opinión, es que se oigan más voces, no solo las de los dos grandes partidos. “La mayor parte de la gente piensa que esta es una propuesta más, no se da cuenta de la trascendencia de la reforma electoral, de sus implicaciones. Con un congreso que representara fielmente a la soberanía popular, muchas reivindicaciones ciudadanas entrarían por fin en el debate parlamentario e influirían en nuestras leyes y en la actuación del Gobierno.
¿Por qué hay en España este bipartidismo feroz, esta corrupción, especulación inmobiliaria, falta de regulación de los mercados financieros, despilfarro autonómico?: por la ley electoral.
Solamente estamos mirando los síntomas, pero no la enfermedad.
No estamos curando la enfermedad, y la enfermedad se halla en el sistema electoral, que garantiza que siempre prevalezcan los mismos intereses”.
La comisión de Política y Economía de Tres Cantos ha debatido mucho acerca de la reforma. La solución que proponen ya se ha escuchado en otros foros: aumentar el número de diputados de 350 a 400. Eso dotaría de una mayor proporcionalidad al sistema, permitiría que pequeños partidos tuvieran más fácil la entrada en el Congreso. Para eso, dice que hay que bajar la representación mínima inicial por provincia de dos escaños a uno. ”Es más importante que estén representados los ciudadanos a que lo estén las provincias”, sostiene. “Que no lo llamen democracia si luego es ‘provinciocracia”.
El aumento del número de diputados, explica, se podría equilibrar con la supresión del Senado: “No tiene ninguna función de impacto en las decisiones del país”. Propone que se revise también la necesidad de que sigan existiendo algunas Diputaciones Provinciales. “Si la democracia no se cuida, si no la protegen los ciudadanos, se deteriora. Los políticos tienen primero sus intereses; los intereses generales van detrás”.
*15-M y 20-N. Tiene claro lo que quiere ver el 20-N: “Mi deseo es que el bipartidismo sufra una cierta erosión. Que en las instituciones se oigan más pareceres políticos, y que por fin se oiga el eco de las reivindicaciones ciudadanas”. En cuanto al futuro del movimiento, dice que el 15-M no tiene que preocuparse de su supervivencia. “No es una organización, ni un partido, no necesita perpetuarse. No se trata de eso. Se trata de que los partidos políticos dejen de monopolizar el debate y de que la ciudadanía tenga una voz. Hay muchas organizaciones que llevan trabajando durante años, como Plataforma de Afectados por la Hipoteca, Adicae, Attac y nadie les escuchaba porque no había fuerza. El 15-M es el catalizador que ha dado fuerza y proyección a esas organizaciones y movimientos”.