Es de cajón, una puerta de ruido corta a partir del umbral de ruido que se determine, el problema es que el aparato discrimine de forma precisa entre los armónicos propios del sonido de la guitarra y los que son parásitos indeseables, como son los zumbidos, sobre todo de las pastillas de bobinado sencillo.
En las puertas de ruido antiguas, el efecto era muy abrupto, todo o nada. Hay equipos basados en algoritmos que reproducen comportamientos genéricos y que lo aplican a una relajación en la actuación de la puerta más progresiva, las colas de los sonidos duran más y se van atenuando de forma más suave, a muchos les parece una actuación más inteligente y efectiva (que lo es), lo malo es que en el camino afectan a frecuencias compartidas por el material sonoro indeseado,por eso no sólo se vuelve más opaco el sonido de la guitarra; además aparece un matiz nasal y de pierde chicha, se pierden alguno db. de volumen.
Y aunque lo hicieras con un reductor dedicado de los que usamos en restauración (con un ordenador a cuestas a tiempo real), en menos medida; seguiría pasando.
La cosa es, como todo en esta vida, encontrar el ajuste de cantidad, ataque, y relajación que te deje vivir y, si te molestan los zumbidos, procurar minimizarlos antes de esa puerta.
1