Sí, es verdad, conducir no es para todos, ni un montón de cosas. Me vais a permitir que ahora me ponga en plan abuelo cebolleta, como muchas otras veces; pero es que tengo más experiencia que la mayoría (salvo unos pocos que también tienen mi edad y parecida experiencia automovilística).
En este hilo se ha sido muy atrevido, todos lo somos en este foro porque lo que verdaderamente nos une no es el gusto por las guitarras, los teclados, o los plugins, es el atrevimiento. No todos, eso sí, lo llevamos con la misma entereza y la mism dedicación.
Mi familia, que es lo que para bien o para mal, le cuenta a uno el primer tercio, o el primer cuarto de vida, ha tenido una relación directa con el automóvil. Mi padre, que como yo, era miedoso en esencia, también fue un fine young cannibal ,y, en mi Logroño natal, a finales de los 50 y principios de los 60, con un franquismo lejano ya en aquella tierra perdonada y con escardeos ye-yes, a él a algunos de sus amigos y tíos míos que iban en moto, alegremente, incluso con alguno de nosotros sobre el depósito de aquelas Guzzi, Manx, Douglas, Sanglas, les dedicaron un artículo de advertencia por su conducta atrevida y por poner nuestra integridad en peligro: era la historia de siempre, hay quien se atreve y hay quien es censor de conductas, pocas veces encuentras árbitros en el tráfico, en el on the road de la vida, quiero decir, que sean buenos árbitros, mira los de la fórmula uno, qué malos que son. Yo mismo, después de un cumpleaños lisérgico (no recuerdo si el 18 o el 19), con mis amigos y gente de mi banda, ví que nso habían dedicado un artículo en el eco local en el que se leía algo así: Conocidos árbitros riojanos fueron vistos bañandose desnudos en las instalaciones deportivas del Ebro...y era vefda, salvo en que ninguno éramos árbitros. en cocghe, ya se que éramos unos atrevidos y unos irresponsables, dimos 84 vueltas a la fuente de Murrieta y, sí, nos bañamos en pelota en las piscinas de Ebro.
Mi padre tuvo la desgracia de casarse con mi madre que le acrecentó sus miedos y se dejó absorver por el anonimato de una ciudad que iba caminando hacia la modernidad internacional de los 60, dejó pronto las motos y no condujo nunca coches, eso mientras toda la familia , de viajantes, tratantes, y, lo que ahora se llama emprendedores, iban motorizando o ayudando a hacerlo a toda una región.
Pese a los miedos que yo también heredé y que me hicieron mamar mis padres (no sólo mi padre), mi amigo Carlos y nuestro círculo de amistades me llevó por el mal camino: finalmente no opuse casi ninguna resistencia a bajar bragas, a hacer perreías en bici (si pudiera pasar a video una película en 8 mm en la que se nos veía hacer cosas que a penas en el BMX veo hacer, cuando lo hacíamos con BH y Orbea plegables...). Mi amigo Carlos, el rubio, era capaz de ir con una rueda en el aire pedaleando una calle entera y yo era capaz de ganarle a él, que era el no va más, en carreras en agua en la que practicábamos un tipo de conducción parecido a la careras de Speedway o de hielo.
Ya eramos mayores y todavía había gente del barrio que esperaba a que pasara Carlos (creo que era sobre las diez de la noche) con una vespino que tuvo mucho tiempo, le esperaban en la curva entre Duquesa de la Victoria y mi calle, Carlos se tumbaba como Kenny Roberts y trazaba como parte de un rito que hasta las señoras aplaudían por su arrojo (también es verdad que le he ido a ver alguna vez al hospital).
Yo me fui a estudiar a Madrid, dejé la música, me hice universitario y senté la cabeza. Algo, todavía, le daba al mango; pero ya menos, porque es normal, ya lo habéis dicho alguno, con la edad se pierden reflejos y además se hace uno más responsable y más sensato, valora mejor los riesgos y los mide de forma más objetiva.
Ahora, en este debate no me veo, como en tantos otros, y a alguno le pasará, muy representado:
En este debate, por un lado ha habido, ya digo, una posición bastante simplista favorable al liberalismo en la conducción; y por el otro, quizás en parte por hacer de abogados del diablo (Origami, sobre todo) ha habido quien ha tenido que hacer de censor.
Así no son las cosas, o las cuentas no salen.
Es verdad, y lo señalaba hace poco en este hilo, que hay mucho atavismo anti-motor en la izquierda española, acrecentado recientemente por finiseculares, oscurantistas y ecologistas; por otro lado hay quienes creen que todo se reduce a poder seguir dándole al mango, y la cosa no me parece tan simple.
Para empezar, como recordaba Toni, hay un código que respetar, lo hay en todo país civilizado, es una licencia, un carnet por puntos que es un permiso condicional, casi cautelar. es lógico que el Estado lo condicione a que no se den muestas de ser un irresponsable.
Pero, en los tiempos que corren (nunca mejor dicho) ya no hay margen para mis aventuras de juventud (qué bien que me las permití, ¿verdad?) ahora hay muchos más automóviles y además la gente va más enloquecida: hay más riesgos. Porque no es el brutal despilfarro en familias rotas, recursos inmovilizados, o inocentes afectados; ¿sabéis el efecto que puede producir una RR a 240 kmts /h bajando de la Cruz Verde (en Valvidriera es que no da tanto tiempo de coger mucha velocidad, aunque como lo que aceleran...)en un turismo de una familia que iba de paseo a Ávila o Las Navas?, el mismo que un misil: empotrado hasta el maletero.
Ojo con lo que nos pensamos que somos capaces de controlar...
Claro que cabrea que estos buenistas quieran pasar a los libros de historia como los pacificadores del mundo y como los que acabaron con la muerte (ese empeño que es noble en sus resultados y que se agradece, les llevará, ciertamente, a los libros de historia, pero como uan colección de memos, refractarios al placer y al progreso y tan vanidosos que pensaron que podrán ganarle el pulso a la muerte, cuando lo que en realidad ganaron fue el pulso a la felicidad y la prosperidad).
Pero algo hay que hacer: mis cáculos, los compartáis o no (allá vosotros y a saber quiénes estáis dentro de estas tremendas estadísticas mías a ojo de buen cubero) son para todo los órdenes los mismos (me voy a poner en lo prudente y del 30% voy a dejarlo en un 25%; que será más real). Si sumamos un 25% de hijosdeputa con denominación de origen hijoputa español, de los redimidos por el garantismo interno; a los otros 25% de prepotentes (y prepotentas, cada vez más abundantes que han conquistado el triste sufragio de hablar del culo de los tíos o comportarse al volante como los más cafres de los machos, por si éramos pocos) nos queda un 50% de la población entre calvorotas con cara de niñón, pero coche gordo (luego no aguantan una vuelta en un Kart en ningún circuito estos "ligeritos de pie" oficinistas), los guaperitas del Q7, sus señoras hablando con el Iphone y las pieles y una flota enorme de casi ladrones, atracadores y, maleantes que, tanto cuando tratan con sus mujeres como cuando se te ponen detras, inyectados en sangre y lefa, por ir tú respetando los 50 que están prescritos, acaban dando muestra de lo que son: violentos y primitivos sin cltura ni sensibilidad. A estos hay que sumar una nada desdeñable cantidad de inmigrantes indocumentados para la conducción (sin carnet, cojones) en Astras GTi de tercera mano haciendo prácticas de postgrado en la meca del tema, para cuando vuelvan a sus países a regentar negocios de construcción y puticlubs, si sumamos todo este elenco de virtiuosos, hasta los más amantes del sonido a V8 y a aditivo Castrol, convendrán connmigo, con Origami, con Toni y con Dreamtopía (aunque a alguno creo que no le cabe la cabeza el placer de la conducción) en que a estos cabrones, o les vigilamos de cerca o seguiremos con esa miseria de los muertos al volante:
Yo no lo haría como estos Pere Navarro y compañía (que además están muy interesados en recaudar y van en coche oficial, ellos nuca aparcan mal): todo lo reduzco a lo mismo, a estudiar y, el que no, a galeras.