Es curioso que, (tras mucho tiempo fijándome) el orden de las canciones en los múltiples discos que llevo oidos, influye positiva y negativamente en el balance final que hacemos de dicho discos.
Hay discos que concentran sus mejores temas en la primera mitad (algo muy común en la era de las cassettes y los vinilos, hasta que apareció el CD, de ahí viene lo de "caras A" para designar temas importantes y "singles" y "caras B" para designar las rarezas y temas "menores"), con lo cual el sabor final de boca que dejan es un tanto insatisfactorio. Hay discos que alternan sus highlights con los "temas-relleno" con bastante buen criterio, y dejan un buen sabor de boca; Hay discos que tienen la mayoria de sus mejores temas al principio pero que reservan el mejor de todos para el final, dejando un inmejorable sabor de boca tambien, y discos que empiezan muy flojos, pero poco a poco van mejorando, ya que han metido los temas peores al principio y los buenos, al final. y todo eso, influye.
Desde luego es todo un arte ordenar bien los temas, porque algo tan aparentemente supérfluo puede suponer la diferencia (para el oyente) entre decepción y satisfacción.
¿qué opinais?