Hasta los huevos de estar en un país en el que no tengo oportunidades (ni tendré, quizás). Me voy al norte de Italia, a la provincia de Mantova, en la región de Lombardía (suena a coles o algo así).
La idea es ir a aprender el idioma y luego intentar acceder a algún trabajo en el sur de Suiza. Por ahora, sólo pienso en aprender el idioma. Quizás consiga un curro llevando fardos de paja (coño, al menos la teoría de la paja me la se ).
Se que dejo muchas cosas atrás, y me voy con una incertidumbre que te cagas. Nada comparable al Fili en la France, pero igualmente de incierto mi futuro es. Ahora mismo tengo una mezcla de sentimientos extraños. Desde tristeza por abandonar mi tierra (no os imagináis que agusto se vive en las islas) hasta alegría, quizás debida a la ignorancia, de ver que nuevas aventuras me esperan en un país donde no hay leones, ni hienas, ni señores de la guerra.
Dick Wachita, el alcade de Kenia, me echará de menos, y llorará por mi alma perdida en un país donde los chochetes son ¿depilados? (al menos así lo espero, harto de tragar pelos rizados y negros).
En principio, me voy sin billete de vuelta y muy pocos ahorros, muy muy pocos. Pero así es como mejor saben las experiencias. Subiré fotos de los perros y gatos italianos. Me pica la curiosidad de si son iguales que aquí. Yo creo que tienen más clase.
Por otro lado, en febrero (eso me dicen) me avisan de un curro que tengo solicitado en una universidad de Suecia. Así que si sale, ni me lo pienso. Con las rubias me piro.
Y eso es todo por ahora. Ya iré contando como va la cosa.