Nosotros nos apiadamos de ella y la invitamos a un cigarro, le dimos conversación e intentamos, con toda la inocencia del mundo, aconsejarla. Ella, con la vehemencia de la que solo es capaz un borracho, nos hablo de todas sus miserias como si fueramos su último refugio, a mi amigo comenzo a llamarle cariñosamente mi Lancelot.
Claro que, al cabo de un par de cambios bruscos de humor, comenzo a resultar incomodo...e incluso asomó cierto remordimiento de conciencia, que supusimos, desaparecería con ella. Así que nos fuimos, y la dejamos llorando diciendo que se mataba y no se que barbaridades más, a las que obviamente, no dimos crédito...
Cuando llegue a casa y entre las brumas del alcohol, escribí esto. No es la canción de la que estoy más orgulloso, de hecho probablemente la descarte para malbicho, pero sirva como pequeño recuerdo a Paloma, Paloma de Camelot.
El enlace:
https:/www.hispasonic.com/mp3-genero57-tema3489.html
Un saludo!