Para reflexionar sobre lo que importa la música aquí
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Porque enseñar debería de ser algo no meritorio, en la cúspide; al alcance de los mejores, pagado en consonancia y excluyendo a muchos loros (y a unos cuantos alumnos, por feo que suene), igualdad de oportunidades; pero escalada, como en la Cuba en la que la igualdad no llegaba a todos, salvo por su esfuerzo o por su talento.
Pero el sistema que estamos padeciendo favorece a los ricos o a los simplones ordenaditos.
Pero el sistema que estamos padeciendo favorece a los ricos o a los simplones ordenaditos.
Desde pequeño practique algo de música, a partir de los once años esta pasó a convertirse en una actividad casi cotidiana. Tocaba algo la guitarra y me aprendía canciones. A los dieciséis forme parte de algún grupo y actuábamos, aveces, la verdad es que lo pasábamos muy bien.
Cuando a partir de ese año empecé a estudiar en serio la cosa se complicó bastante. Luego, tres años después, tuve la suerte de participar en una orquesta de jóvenes a la que venían a enseñar grandes maestros. En aquella orquesta tocábamos además, repertorio del grande. Un día el director paró el ensayo y me tubo unos minutos tocando solo. Tardé un rato en coger la compostura y tocar aquella nota tan larga y sencilla que nunca hacía bien. Pasé mucha vergüenza pero fue una gran lección. Pese a todo podía hacerlo como tacaba la guitarra y cantaba y lo que marcaba la diferencia era la calma, ya indiferencia, y las ganas, casi la angustia de todos, de que por fin lo hiciera bien.
Aquella experiencia no me convirtió en mejor instrumentista ni en mejor músico pero reafirmó mi voluntad de seguir. Luego vinieron muchos fracasos que si me hicieron mejorar. Despertar el interés y hacer un guiño al "tú si puedes" es el privilegio de los grandes maestros, más que el de decir quien sirve y quien no.
Desgraciadamente esta burbuja cultural en la que estamos viviendo está llena de mitos sobre el valor de las personas y las actividades artísticas, y la importancia de deshacerlos corre junto a la necesidad de recibir información que no esté "inflada". Según algunos especialistas las capacidades musicales están al alcance de cualquiera, poner los medios para que sepan si quieren es la más importante labor que puede hacer la escuela. Siempre puede empezarse pero cuanto antes mejor.
Cuando a partir de ese año empecé a estudiar en serio la cosa se complicó bastante. Luego, tres años después, tuve la suerte de participar en una orquesta de jóvenes a la que venían a enseñar grandes maestros. En aquella orquesta tocábamos además, repertorio del grande. Un día el director paró el ensayo y me tubo unos minutos tocando solo. Tardé un rato en coger la compostura y tocar aquella nota tan larga y sencilla que nunca hacía bien. Pasé mucha vergüenza pero fue una gran lección. Pese a todo podía hacerlo como tacaba la guitarra y cantaba y lo que marcaba la diferencia era la calma, ya indiferencia, y las ganas, casi la angustia de todos, de que por fin lo hiciera bien.
Aquella experiencia no me convirtió en mejor instrumentista ni en mejor músico pero reafirmó mi voluntad de seguir. Luego vinieron muchos fracasos que si me hicieron mejorar. Despertar el interés y hacer un guiño al "tú si puedes" es el privilegio de los grandes maestros, más que el de decir quien sirve y quien no.
Desgraciadamente esta burbuja cultural en la que estamos viviendo está llena de mitos sobre el valor de las personas y las actividades artísticas, y la importancia de deshacerlos corre junto a la necesidad de recibir información que no esté "inflada". Según algunos especialistas las capacidades musicales están al alcance de cualquiera, poner los medios para que sepan si quieren es la más importante labor que puede hacer la escuela. Siempre puede empezarse pero cuanto antes mejor.
Yo tengo un hermano que desde siempre fue bastante negado pero cuando se centra lo hace muy bien. Hay personas que necesitan un gran esfuerzo, tal vez porque no se creen capaces. También hay quienes nunca prestaron atención y cuando quisieron hacerlo ya tenían demasiado asumido que no eran capaces. Es algo físico, como si no te gusta el pescado ¿qué vas a hacerle?
#73 Ajá, es muy interesante eso que dices de buscar la creatividad. De hecho, me canso de hablarlo con el resto de mis compañeros del colegio.
El mejor científico no es el que mejor recita las ecuaciones de Maxwell, si no el que sabiéndoselas -obvio- es capaz de dar un paso más y demostrar qué sé yo, o buscar una aplicación a dichas ecuaciones.
Lo mismo si hablamos de un arquitecto. ¿Qué diferencia a un arquitecto de otro? Hay muchos que hacen proyectos muy correctos, pero la gloria (y los avances) los provocan otros. Y así podríamos ir desde cualquier profesión de "ciencias" a cualquiera de "letras" pasando por músicos o deportistas (es evidente que los grandes fichajes suelen ser para la gente talentosa en el aspecto ofensivo).
Parece un poco simple, pero ¿por qué no hacer una canción sólo con el sonido sol, negras, corcheas y silencio de negra? ¿No da para mucho? Pues hombre... en principio no. Pero jugando con la métrica de las palabras, buscando rimas y, sobre todo y aquí es donde a veces vienen las carencias de Magisterio, si el maestro no es un zote se puede jugar con la armonía y hacer que una canción con esos elementos parezca variada. Es más, a los niños les llama la atención que cantando siempre el mismo sonido suene a cosas tan distintas (a veces armonizas en do mayor, otras en sol, otras en mi menor, otras en do menor, en mib mayor, en dorio, etc.).
De la creatividad, entre otras cosas, se hablaba el pasado 13 de marzo en un artículo del ABC: http://www.abc.es/familia-educacion/20140313/abci-richard-gerver-educacion-201403112038.html
Y sí, en Primaria, en vez de soltar una clase magistral sobre la música programática, es mucho más útil tirar de Vivaldi (de hecho, no veas las discusiones que tienen los niños cuando deben completar un musicograma en función de lo que oyen).
De los ejemplos que has puesto, cuando llegamos a la música del S.XX y hay que hablar de los nuevos instrumentos que han ido apareciendo, siempre vienen bien ver el contraste entre la original y la versión de Isao Tomita del "Snowflakes are dancing" del Arabesque nº1 de Debussy. Es más, con algún alumno sudamericano ha sido agradable ver que al escuchar la "Marcha turca" de Beethoven te decían: ¿la del Chavo? (que, por cierto, buenísimo programa para los niños y, además, trabajar los juegos de palabras del lenguaje).
Aun así, personalmente, sigo echando de menos más formación para nosotros. Y me refiero a formación seria, metodológica, pedagógica, porque yo he terminado creándome mis explicaciones para que entiendan qué son y por qué se usan las alteraciones pero ¿y si hay más y mejores métodos?
Respecto a lo que decía Carmelo de la "diversión". Le entiendo perfectamente. Una cosa es motivar a los alumnos, ayudarles, hablar con ellos, mostrarse cercano, facilitar el aprendizaje buscando mil ejemplos, etc. y otra, muy diferente, es que se piense que todo debe ser un "circo" (y espero que se me entienda bien).
El mejor científico no es el que mejor recita las ecuaciones de Maxwell, si no el que sabiéndoselas -obvio- es capaz de dar un paso más y demostrar qué sé yo, o buscar una aplicación a dichas ecuaciones.
Lo mismo si hablamos de un arquitecto. ¿Qué diferencia a un arquitecto de otro? Hay muchos que hacen proyectos muy correctos, pero la gloria (y los avances) los provocan otros. Y así podríamos ir desde cualquier profesión de "ciencias" a cualquiera de "letras" pasando por músicos o deportistas (es evidente que los grandes fichajes suelen ser para la gente talentosa en el aspecto ofensivo).
Parece un poco simple, pero ¿por qué no hacer una canción sólo con el sonido sol, negras, corcheas y silencio de negra? ¿No da para mucho? Pues hombre... en principio no. Pero jugando con la métrica de las palabras, buscando rimas y, sobre todo y aquí es donde a veces vienen las carencias de Magisterio, si el maestro no es un zote se puede jugar con la armonía y hacer que una canción con esos elementos parezca variada. Es más, a los niños les llama la atención que cantando siempre el mismo sonido suene a cosas tan distintas (a veces armonizas en do mayor, otras en sol, otras en mi menor, otras en do menor, en mib mayor, en dorio, etc.).
De la creatividad, entre otras cosas, se hablaba el pasado 13 de marzo en un artículo del ABC: http://www.abc.es/familia-educacion/20140313/abci-richard-gerver-educacion-201403112038.html
Y sí, en Primaria, en vez de soltar una clase magistral sobre la música programática, es mucho más útil tirar de Vivaldi (de hecho, no veas las discusiones que tienen los niños cuando deben completar un musicograma en función de lo que oyen).
De los ejemplos que has puesto, cuando llegamos a la música del S.XX y hay que hablar de los nuevos instrumentos que han ido apareciendo, siempre vienen bien ver el contraste entre la original y la versión de Isao Tomita del "Snowflakes are dancing" del Arabesque nº1 de Debussy. Es más, con algún alumno sudamericano ha sido agradable ver que al escuchar la "Marcha turca" de Beethoven te decían: ¿la del Chavo? (que, por cierto, buenísimo programa para los niños y, además, trabajar los juegos de palabras del lenguaje).
Aun así, personalmente, sigo echando de menos más formación para nosotros. Y me refiero a formación seria, metodológica, pedagógica, porque yo he terminado creándome mis explicaciones para que entiendan qué son y por qué se usan las alteraciones pero ¿y si hay más y mejores métodos?
Respecto a lo que decía Carmelo de la "diversión". Le entiendo perfectamente. Una cosa es motivar a los alumnos, ayudarles, hablar con ellos, mostrarse cercano, facilitar el aprendizaje buscando mil ejemplos, etc. y otra, muy diferente, es que se piense que todo debe ser un "circo" (y espero que se me entienda bien).
En resumen, para que eñ hilo prospere y sirva para lago, que deberíamos establecer o llegar a un acuerdo hispasónico sobre qué s lo mínimo que debe saber un alumno de la asignstura demúsica al acabar el bachillerato.
Para mí esto seria.
1 Saber leer con cierta rapidez la clave del sol y ,aunque sea más léntamente la de fa: (con armadura)
2 Ser capaz de interpretar melodías relativamente simples con un teclado, una flauta o una guitarra, (estamos en España)
3 Ser capaz de hacerlo en compases de 2/2, 4/4 y 3/4
4 Ser capaz de realizar un acompañamiento al menos con triadas, identificando la tonalidad, la función tonal, y las funciones de tónica, dominante y subdominante (no hablo de relativos, tritones ni complejidades armónicas)
5 Conocer lo suficiente de historia de la música y formas.
No me parece mucho pedir y me parece imprescindible para una formación algo humanista y diversa de la ciudadanía.
Para mí esto seria.
1 Saber leer con cierta rapidez la clave del sol y ,aunque sea más léntamente la de fa: (con armadura)
2 Ser capaz de interpretar melodías relativamente simples con un teclado, una flauta o una guitarra, (estamos en España)
3 Ser capaz de hacerlo en compases de 2/2, 4/4 y 3/4
4 Ser capaz de realizar un acompañamiento al menos con triadas, identificando la tonalidad, la función tonal, y las funciones de tónica, dominante y subdominante (no hablo de relativos, tritones ni complejidades armónicas)
5 Conocer lo suficiente de historia de la música y formas.
No me parece mucho pedir y me parece imprescindible para una formación algo humanista y diversa de la ciudadanía.
Carmelopec carnavalecless escribió:Porque enseñar debería de ser algo no meritorio, en la cúspide; al alcance de los mejores, pagado en consonancia y excluyendo a muchos loros (y a unos cuantos alumnos, por feo que suene), igualdad de oportunidades; pero escalada, como en la Cuba en la que la igualdad no llegaba a todos, salvo por su esfuerzo o por su talento.
Pero el sistema que estamos padeciendo favorece a los ricos o a los simplones ordenaditos.
¿Puedes concretar más?
#86 Yo añadiría conocimientos básicos sobre organología musical, cantar (para mí, lo más importante en Primaria), conocer canciones populares españolas (ojo con ese patrimonio que trabajamos -o se debería trabajar en las aulas de música- porque sería una barbaridad que se perdiera) y una ligera aproximación a la danza, a la expresión corporal.
Seguro que algo se me olvida...
Seguro que algo se me olvida...
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