Los últimos días en Marte
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A pesar que las críticas la ponían como bastante mediocre quise arriesgar porque soy bastante permisivo con la ciencia -ficción y tengo cierta debildad por Romola Garai. Pero esto es para ahorcarse con la corbata. Se trata de una película de zombis con coartada marciana. Lo peor es que los primeros diez minutos son prometedores, pero a partir de ahi la película se desploma como un castillo de naipes. Es tan aburrida que en cualquier momento podría haber aparecido Sandra Bullock.
Lo mejor: Que no salen Val Kilmer ni Sandra Bullock.
Lo peor: todo lo demás.
#1247 Imagina que arrastras a 5 personas al cine para ir a verla.
Tierra, trágame.
Como mínimo todas las bebidas posteriores deberían haber corrido por tu cuenta...
No es nada gore, la verdad. A mi me enganchó el comienzo, que promete lo que luego no cumple. La sensación final es de una broma o un homenaje cómico.
Hay que ver el juego que tiene la zona sureña para dejar escapar la mente perversa de los estadounidenses.
A mi la que más me gustó de Rob Zombie es la de los renegados del diablo.
La peor sin duda es The Lords of Salem vaya película más lenta y totalmente sin sentido.
La de los últimos días en marte si me gustó, quizá porque ya partía de la premisa de que era una mala película. Sinceramente no me pareció tan mala.
La decepción total me la llevé con Lucy. Yo y otros tantos millones de espectadores. Yo creo que solo le debe parecer buena a Luc Besson o al Megaton.
The Lords of Salem pare que que quiere ser una película más psicológica y menos evidente que las demás. Hay momentos que me recuerda al cine de terror coreano, pero esas interpretaciones que parecen tamizadas a través de una cortina de alcohol se me hacen extrañas. Es como si todo el cine de suspense de Rob Zombie tuviera que empezar desde las adicciones; y eso, lejos de ser una señal de identidad refleja más bien una limitación.
#1258
Pero cuenta, cuenta...
Pues a pesar de un reparto atractivo, la idea es un disparate cronológico. Y no me refiero al escaso rigor científico, al que ya estamos acostumbrados, sino el propio argumento, que trata de contar una historia al estilo setentero, pero quedándose con los peores clichés. Ni los setenta fueron ingenuos (más bien fueron bastante atrevidos en cuanto a estética y enfoque cinematográfico), ni se centraron en temas tan insustanciales como la cotidianidad de una tripulación espacial.
Space Station 76 hace precisamente eso, deambular durante hora y media por las melancolías y costumbres de la pequeña colonia de una estación espacial. No sucede nada interesante, no hay giros que enganchen, los personajes se desvanecen en su propia languidez, y hasta las dos únicas escenas de tensión parecen estar sacados de una guía cristiana para moderar los impulsos.
En fin, al final no tuve claro si se trataba de una broma.