Antes que nada, sigo el hilo desde su inicio y creo que va mal encaminado a causa de premisas erróneas (en mi opinión, claro) por falta de perspectiva.
Bad Suite escribió:
Somo unos adictos de la aprobación social (derivada de la aprobación familiar durante la infancia). Unos yonquis cuyo subidón inmediato y esperado es la validación de nuestros actos por parte del prójimo; ver reconocido y legitimado todo ese esfuerzo invertido en la música: sea en el levantamiento de todo un imaginario artístico, sea en horas de práctica o de aprendizaje con los instrumentos, con las horas de conservatorio y de formación académica infructuosa (para el que se haya formado a niveles cuyo resultado no haya sido el esperado).
En mi experiencia a los músicos se los pueden agrupar en dos grandes grupos; los que hacen música "por la música" y los que van de "artistas".
Para los primeros la aprobación social de la masa no pinta mucho, ya que se dedican principalmente a la música para minorías.
The Real Klausmaria escribió:
Es curioso que siempre me da la impresión de que los mejores consejos para una carrera musical los dan los expertos en emprendimiento o marketing pero en última instancia un proyecto musical es básicamente una empresa, tienes que encontrar un mercado, diseñar un producto, promocionarlo y venderlo, si no eres capaz de hacer todas esas cosas no va a funcionar.
La gente que conozco que vive de la música no vende un producto, sino que presta un servicio.
La realidad de la música dista mucho de lo que se ve en la cultura pop; los que viven de la música son los músicos de verdad, los de oficio, los que hacen de sesionstas en las grabaciones y directos, los arreglistas, los productores.
Los músicos de verdad no tienen un único estilo, sino que son capaces de tocar casi cualquier cosa, además de poder hacerlo casi a primera vista; el solo el hecho de tener o no una buena lectura a primera vista y ser diestro con el instrumento elimina el 99 por ciento de los aspirantes a músicos.