A la mayor he tenido que esperar muchos años para que pudiera venir a verme tocar
la pequeña (que tiene 13), quiere ir a verme (la verdad es que yo también, porque toco poco) y no puede, ya ha ido a ver a algunos en conciertos al aire libre, pero ese estúpido garantismo que prohibe la entrada a lucales cerrados le ha impedido ir a verme tocar (salvo una vez en un teatro; pero acompañando a Micol en un recital de tangos).
¿Qué tiene de malo que mi Teresita me venga un día a ver tocar en el Clamores?, ¿que va a ver bebidas alcohólicas?. Venga, no me jodan. Según me dice la niña, en Asturias se pude ir deesde los 16 años a locales donde hay actuaciones y en Valencia, si va acompoñado, un niño pude ir a un concierto a ver a su padre o a ver a cualquiera tocar música, que me parece algo nada reprobable: El jazz o el pop se interpretan casi siempre en clubs y bares.
Si tanto le preocupa a estos garantes de la incorruptibilidad de los tiernos infantes que la música se interprete en un lugar insalubre o rodeados de botellas, que promuevan las salas de concierto puro: con sueldo por tocar en vez de tocar a comisión de las copas.
Lo que pasa es que entre las Aguirre (pero, jno os confundáis, entre los Zapatero tampoco) hay pocos padres guitarristas o bajistas, no te jode.
Podríamos, si es que esto interesa a alquien más que a mí, hacer constar publicamente nuestra oposición ante estas restricciones tan inoportunas e injustas.
A los toros no ponen tantos obstáculos por que vayan los niños.