De comunista a columnista.
No se a quién escandaliza Los Santos, para mí no pasa de ser un redactor colegial repetitivo de colegio de curas, seguro que no sabe de blasfemias ni palabras gruesas como perímetro.
Seguid votando a esta gente porque vaya tela... de hipócritas está lleno el mundo...
A mí lo que me parece de delito es la palabra enaltecimiento (que parece que con ello uno creciera o ganara altura), qué palabra tan rancia, grandilocuente e inconveniente, ¿no era bastante la apología?.Y más cuando acompaña a algo tan grave y execrable como el terrorismo, que espero que no se banalice, porque su esencia es facilmente reconocible, algunos la recordamos y es de difícil reparación.
En general, las palabras referidas a la ley que están siendo cursadas últimamente son abominables, parecen obra de periodistas en vez de serlo de juristas.
Violencia machista, o sea que la violencia de género, que tampoco me parece que cubra todos los casos, pero al menos guarda cierta compostura, no es suficiente, hay que acuñar un término más popular, más impactante, más chafardero: el machismo puede ser un vicio cultural, una lacra atávica; no un delito, ni siquiera la causa de un delito, y salta a la vista que los lamentables sucesos no son en muchas ocasiones obra de machistas, ni siquiera de soberbios, mezclando la parte con el todo, lo radical con lo floral, qué vergüenza, (y qué miedo, el estado vocero, el estado chafardero, el chopped conceptual y fáctico).
Si tanto les preocupa el machismo a los prescriptores y prescriptoras de la nueva moral y de las leyes futuras (a mí me preocupa bastante en realidad), que persigan a todo aquel que se refiere a las tías como féminas, algo que ya he he señalado muchas veces.
Y, por si fuera poco (y más para los que las padecemos, y así introduzco al elemento que no debe faltar, el agraviado), introducimos las fobias como parte de lo maligno...
Se explosiona, se recepciona, se invoca a instancias huecas como si se invocara a Cthulhu, o a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, otro nuevo cuño que no añade ni sazón al guiso ni facilidad a los locutores, que son quien más veces lo van a usar, y, lo peor, no añade mejora en esos cuerpos, ni mejora en el Estado de Derecho, ni mucho menos tranquilidad ni gozo a los ciudadanos, si es que existen.
Lenguaje y ley a su alcance: Vote Podemos, la revolución, y acabar con la clase (sobre todo la lectiva), está por encima de todo.