#31 Pues a ver, es que yo sí me lo he currado en eso de las articulaciones. Verás que hay notas que van con trémolo, otras que parece que meten como el arco más curvado y percusivo, otras que el ataque del arco es más paulatino. En fin, no hay mucho, pero algo de eso sí hay.
Todo eso me lo he currado, no hasta el punto de obsesionarme con el detalle, pero sí al menos lo suficiente como para hacer que la línea melódica tenga su intríngulis. Lo mismo para el volumen relativo de cada pista. A veces lo subo, a veces lo bajo, está automatizado, en cada lines por separado y luego en la mezcla final otra vez para terminar de ajustar.
Estará hecho mejor o peor, con más o menos arte, con más o menos respeto a como tocan los violinistas de verdad... pero está hecho hasta el punto que me permiten las librerías y mis conocimientos. Yo más allá de eso, no sé hacerlo. Siento que las librerías no ofrecen todas las opciones que me gustaría controlar, o que yo no le saco el máximo partido al midi, o que la librería es una mierda, o una conjunción de todo esto al mismo tiempo.
Me consta que hay mucha gente por ahí que nace sabida y que la primera vez que hacen una sinfonía en el laptop les queda que ni tocada por la Boston National Orchestra... pero yo no pertenezco a ese grupo. A mi me toca aprender lentamente, y probar, y probar y probar, y probar hasta ir haciéndose camino poco a poco.... Me ha ocurrido lo mismo en todos los ámbitos de la vida... Lo que sé, lo he aprendido... no me ha sido inoculado como por ciencia infusa.
Asi que, en resumen, si sabes cuál es el siguiente paso que crees que debo dar en mi proceso de aprendizaje... Dímelo. Te escucharé con atención.
Este tema en concreto, o cualquier otro que suba, me dan igual. Lo que me interesa es optimizar el método de trabajo para que algún día suene mejor.
Esperando la librería de la BBC como agua de mayo, en resumen.
#34 Sí, bueno... Tampoco quiero dar tanto la lata, no tengo tanto tiempo libre, voy a poco a poco... Y los violines no son mi único frente de batalla. Estoy aprendiéndome en la guitarra nuevos temas un peldaño por encima de mi nivel , estudiando algo más de armonía, intentando aprender algo más de técnica vocal, que no me vendrá mal, buscando a otros músicos para hacer cosas juntos...
En cuanto a la gente con la carrera musical... Yo tengo una relación algo espinosa con ellos... Y créeme, conozco un montón, de los que han tocado como solistas en el Carnegie Hall o en la Filarmónica de Berlín. Por un lado les admiro, porque esto de meterse años en el conservatorio a estudiar escalas y cosas de esas, joder, eso hay que respetarlo. Hay que tener pasión para eso. Saben muchísimas cosas que yo no sé y saben hacer cosas que a mí me parecen magia. Son gente que saben mucho, sí... de lo que saben... yo intento aprovecharme de ello y, cuando les tengo delante, les doro la píldora y luego los masacro a preguntas.
Peeeeeeeeeeero, esa gente academicista de conservatorio, tiende a tener algunas protuburancias en su forma de ser:
1. tienden a ser malos expresádose y explicando conceptos. Saber de música no tiene nada que ver con ser un buen "explicador". Dominar el lenguaje musical no conlleva dominar el español.
2. tienden a ser malos entendiendo la música pop-rock-jazz-blues-etcétera que a mí me gusta. La entienden... pero no la entienden. En el fondo lo que quieren es oir a Chopin otra vez para no sentir que han malgastado su vida.... (Es broma).
3. tienden a ser malos entendiendo un boceto, una premaqueta, un esbozo... No les puedes enseñar nada porque si no suena a pipí de los ángeles, no saben escucharlo. No saben "imaginarlo" acabado.
4. tienden a aconsejarte siempre que te compres lo más caro de lo caro: la mejor librería, el mejor violín, el mejor micro, la mejor guitarra. Yo a alguien que comienza en algo no le digo que se compre lo más caro, sino lo más barato... Chocamos en eso.
5. no son específicos y concretos. Normalmente se suben al podio de su superioridad de conocimientos (que es real y yo no niego) para aleccionar a la grey, en vez de bajar abajo a las trincheras a intentar aportar algo útil.
6. tienden a ser crípticos en sus explicaciones... creo que es porque tienden a escuchar poco.
Por eso, en general, cuidadín con los expertos. Saben tanto, que a menudo olvidan lo más esencial.
Se puede aprender más de alguien que sólo sepa un poco más que tú que de alguien que lo sabe todo. De los que lo saben todo, lo más normal es no poder aprender nada.
Yo les quiero igualmente, eso sí. A veces me voy a la escuela de música a oirlos ensayar.
Bueno... yo no creo que la música clásica, per se, sea elitista, esnob, o hermética... Lo que si creo es que en el mundo de la música académica, hay mucha gente con una tendencia elitista, esnob o hermética.
No es lo mismo...
#40 Puede ser, no sé. Hombre, yo algo de amargura en el sector sí me imagino. Pasarse años estudiando música y luego la gente lo que quiere es regetón. Debe ser pa pegarse un tiro eso, digo yo.
A ver, el mundo de la clásica es un mundo feroz en el que la competencia es muy dura, eso es verdad... pero también es cierto que es un sector al que le está costando mucho adaptarse a los nuevos tiempos. Ese término en sí mismo es revelador: intrusismo.
Si los intrusos son malos, mejor para ellos, pues podrán destacar más.
Si los intrusos son buenos, tan buenos como ellos, entonces no son intrusos.
En la vida hay gente de todos los colores, al final, pero pienso que si la música clásica es impopular no es por la música en sí misma, sino porque los que la practican no saben comunicarse bien. Creo que, en parte, eso es debido a que desde que entran a primero de solfeo en el conservatorio les inoculan la idea de que el resto de músicos son competidores. Una animadversión subyacente, por asi decirlo.
De hecho, si te fijas, es raro que un pianista (de clásica) tenga muchos amigos pianistas... Son competencia. Podrán tener amigos violinistas,o arpistas o lo que sea, pero a la competencia la detestan.
Desde que entran, están ahi para superar exámenes y pruebas.
Al final su acercamiento a la música está marcado por una impronta cinegética, competitiva, como si de una carrera de obstáculos se tratara... y eso influye en su capacidad para relacionarse con otros músicos, sobre todo de otros ámbitos.