Y ahora voy con el tema del post. Tengo pensado comprarme un PD nuevo, para sustituir al viejo (aunque excelente) Yamaha Pf-80 (1985) que me prestaron para iniciarme. Mi experiencia con tactos y sonidos se limita a este modelo y al Kawai vertical de mi escuela, que dicho sea de paso me suena desafinado y cuya acción no parece, tampoco, estar en las mejores condiciones. En todo caso, son dos instrumentos enteramente diferentes, demasiado.
Así las cosas, este sábado me fui a probar a un par de tiendas, aquí en Valencia, buscando un piano de escenario en el rango medio y basándome en vuestras opiniones y los comentarios y análisis de Pianoworld. Todos fueron probados con un buenos auriculares.Por favor, tened en cuenta mi poca experiencia al evaluar mis opiniones. Mi objetivo el un piano de escenario con altavoces, sonido bonito y buen tacto (sea eso lo que sea).
Probé los nuevos Casio, en primer lugar. El tacto es sorprendente (yo pratico con teclas mucho más pesadas y con peor respuesta). El sonido de los dos pianos principales me pareció demasiado brillante, demasiado reverberante y "abierto", es decir con poca dulzura y cuerpo en los graves. Artificial, claro, como todos. En su descargo he de decir que no modifiqué los parámetros de brillo, reverb, etc. Estoy seguro de que al hacerlo el sonido será mucho más meloso. Eso sí, es infinitamente más expresivo que mi viejo piano, incluso para un novato absoluto como yo. El teclado no es ruidoso y tiene ese acabado levemente rugoso que se está imponiendo como estándar. No puedo evaluar los pedales, que aún manejo como si fueran los de un 127.
En esa misma tienda (conocida franquicia en un centro comercial, que mayormente vende Casio) probé también el Yamaha P-95. No tenían otros modelos de la serie P, que me interesa mucho. El P-95 me pareció correcto, sin más. El sonido de Yamaha es más compacto que el de Casio, mucho más dulce, aunque con la configuración de base los graves suenan también algo faltos de empaque. La acción del teclado es sorprendentemente (¿sospechosamente?) parecida a la de mi viejo Pf-80, y también a la de los Yamaha de cola (había uno por allí e hice la comparación) aunque con la lógica diferencia de peso. Da la sensación de que Yamaha, en este rango al menos, es más conservador. Sé que es un aparato de gama media-baja, que en todo caso me pareció muy adecuado a mis necesidades. El sonido, sin embargo, tiene algo que no me acaba de convencer. De nuevo una excesiva reverberación.
Cambio de tienda, en busca de otras marcas (Roland y Kawai) que no estaban expuestas aquí.Además, esto se está petando de adolescentes y otro público y hay demasiado follón. Doy las gracias a los dependientes por su amabilidad, gran trato visto lo concurrido del patio.
Ahora sí, al fin los "slabs" de estas marcas a mi alcance, así como el Yamaha P-155. ¡Por fin puedo comparar de verdad! Aquí (posiblemente la tienda de referencia en mi ciudad) no hay Casios, por no haber no hay casi gente, excepto un violonchelista profesional probando distintos arcos. Eso entorpeció un poco mi experiencia, pero qué le vamos a hacer. Al grano:
-Yamaha P-155: poco que añadir a lo que otros han escrito por aquí. Mejor sonido que el P-95 aunque con la misma "huella sonora", la misma cualidad general que por lo visto debe ser común a los instrumentos de esta marca y rango y...que aún no sé si me gusta o no. Setup sin modificar. Suena raro, es decir "canta" a emulación. De nuevo, seguro que mejora un montón toqueteando los parámetros de brillo, reverb, sensibilidad, etc. Sonido agradable en medios y agudos (algo metálico) y falto de empaque en los graves (que se pueden ecualizar).
El tacto está en la línea de lo que ya conocía. Esto no deja de sorprenderme. El dependiente asegura que Yamaha no ha sacado una tecla nueva en diez años. No sé yo...Es una lástima no saber tocar mejor para apreciar su calidad, pero este moddelo aún lo tengo en cuenta dado que los que sabéis mucho más lo apreciáis. Si dura lo mismo que el Pf-80 (que me consta se ha llegado a utilizar de poste en partidos de futbol playero) es una opción interesante. Teclado menos exigente y más permisivo con los fallos, algo a tener en cuenta.
-Kawai ES6: unidad de exposición a la venta con buena rebaja. Lo pruebo ya que no tienen el ES7 instalado. Lástima. El sonido es bonito pero muy chillón, con algo de ruido ecoico que yo atribuyo a algún efecto reverb, como una emulación tipo "hall". ¿Emulaciones de sonidos de martillo/mecánicos, también?. Respuesta mucho mayor que el anterior piano, se percibe muy claramente en el staccato, por ejemplo, y con una mayor variación de timbre a diferentes velocidades. Cabe decir que son estilos de teclados completamente diferentes. Como yo "vengo" de Yamaha, el Kawai me resulta sorprendente. Más ligero y sensible, requiere de una articulación más delicada y, parece, menos fuerza. No percibí los famosos "clicks".
-Roland (modelos con mueble, para hacerme una idea del sonido "supernatural" y el tacto del teclado): pues lo que dicen todos. Bajos muy carnosos y dulces, una delicia.En medios y agudos, sonido algo confuso, como comprimido, suena como la emulación de un sonido amplificado. Sin embargo, a igual presión (o sea, la de un zoquete como yo) los graves suenan también mucho más fuertes, o eso me pareció, es decir ¿es menos permisivo con la mala técnica? Teclado con un tacto muy diferente, ofrece resistencia a media pulsación. Es algo más ruidoso, también.
Bueno, basta de rollo. La final está entre Kawai ES7 (sobre los 1300€ y a plazos) y el P155 (casi 1200, idem). Ambos con pedal sustain y soporte de partitura. Precios muy buenos (prácticamente los mismos que on-line). El Roland FP4f se va más de precio.
Son todos muy buenos trastos.
Mi experiencia la recomiendo a cualquier novato en busca de piano. Leer, leer, leer...y luego probar con tranquilidad, al menos dos veces antes de comprar. Un piano digital es un instrumento completamente distinto a uno mecánico. De hecho, yo no aspiro a aprender a tocar uno mecánico (que no me puedo permitir por varios motivos) sino a tocar dignamente uno digital. Son mundos diferentes.