Cárlos Jesús escribió:
No se puede ni se debe criminalizar a los niños, ellos solo son el reflejo de la sociedad en la que vivimos.
Cierto. Por eso en vez de meterlos en centros educativos que parecen "cárceles de países subdesarrollados" (hacinados en clases sin espacio y sin poder ni moverse, con poca luz o a pleno sol, ventanas rotas, sin calefacción, etc) se deberían modernizar los centros educativos y organizar la enseñanza de un modo humano.
A los chavales se les mete con calzador en aulas como si fuesen realmente ordenadores que programar. Si un técnico (el profesor) puede programar uno, pues tendrá que poder programar 50 o 100 ¡Qué más da! Pero el caso es que resulta que son personas que no tienen botón on-off y el proceso enseñanza-aprendizaje es fruto de una relación humana y no industrial.
Las situaciones enfermizas en educación se producen sobre todo, por un sistema educativo enfermo que publicita calidad, bilingúismo, trilingüismo, excelencia, y un montón de palabros de moda, pero lo hace dando medios de los años 50 en aulas saturadas y con profesores a los que no respeta (ni la sociedad, ni el sistema educativo) Cuando algo va mal en ese sistema de aprendizaje modo cadena de montaje que han ideado los políticos la culpa siempre es de los profesores.
Si hablamos de rebajar las ratios, de no dejar solo al docente frente a los problemas, de detección temprana e intervención igual de temprana, todos esos garrullos que destrozan los grupos no existirían, o no serían tantos, o no serían tan fuertes.
Volvamos a pensar en el modelo carcel. Si juntas a los peores delincuentes y les metes a todos en la misma celda apretados y compartiendo catre, no tardarán mucho en matar al carcelero, matarse entre ellos y provocar un motín. Lo que hacen las cárceles es aislar al problemático, evitar entornos enfermizos que hagan crecer comportamientos negativos, etc.
El caso es que muchos políticos acaban en cárceles y se preocupan por la separación de los presos, el aislamiento de los violentos y las comodidades. Pero como no pisan los centros educativos más que para cortar la cinta de la inauguración no se dan cuenta de que los están convirtiendo en cárceles de media jornada para chavales y a los profesores en funcionarios de prisiones que, además, tienen que educar.
El sistema y la gestión deplorable son los principales causantes. Los chavales son tan víctimas como los profesores y los comportamientos inadecuados, pasotas y violentos no llegarían a tanto si el sistema educativos desmasificase las aulas, actuara con profesionales de la sicología desde el día uno con los casos problemáticos y se apoyase a los profesores no con frases de mitin político, sino dando medios y apoyo.
Si en primero de la ESO entra un alumno problemático y al segundo día ya están trabajando con el directamente equipos de apoyo a los docentes (no solo las recetas de un orientador) y trabajan en el domicilio, con los padres y con el entorno, las cosas no llegan a donde llegan. Eso sin contar con hacer grupos pequeños, con medios y con condiciones de trabajo adecuadas.