Imprescindible la lectura de esta (extensa) entrevista al coronel Pedro Baños:
http://latribunadelpaisvasco.com/not/3297/reflexiones-sobre-el-estado-islamico-con-el-coronel-pedro-banos-bajo/
Un fragmento:
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¿Es difícil acabar militarmente con el Estado Islámico?
Hay que tener en cuenta una cuestión fundamental: el EI dice que dispone de 50.000 combatientes. Desde una lógica militar, estamos hablando de 50.000 combatientes que se encuentran en una de las zonas más llanas y desérticas del mundo. Y que son observados permanentemente por drones, aviones de reconocimientos y satélites que tiene una capacidad mínima de reconocimiento de 20 centímetros.
Estamos hablando, militarmente, del escenario más fácil del mundo para obtener una victoria. ¿Dónde se refugia al Estado islámico? En el interior de las poblaciones, que es otra de las formas que, desde tiempos inmemoriales, han tenido los ejércitos de protegerse del avance enemigo. Por eso, intentar terminar con el EI de un modo muy activo provocaría muchas bajas civiles. Pero, dicho esto, ¿cómo no se va a poder acabar con una “amenaza para el mundo”, tal y como dicen algunos, que está formada por 50.000 combatientes que, además, carecen de recursos aéreos y que tampoco tienen medios potentes de defensa antiaérea?
Si de verdad se quisiera acabar con ellos, con 50.000 hombres en un terreno desértico, sin medios aéreos y sin defensas antiaéreas, se tardaría apenas un puñado de horas. Tres divisiones acorazadas, con fuerzas especiales y apoyo aéreo y de artillería a distancia, sería suficiente. Por este motivo, a todas esas voces que dicen que el EI es poco menos que el enemigo que va a acabar con el mundo, hay que decirles que no es el caso.
¿Qué papel desempeña el control del petróleo en este escenario de conflicto multibanda?
Hay algunos análisis pretendidamente serios que afirman que el Estado Islámico obtiene, al año, entre 500 y 2.000 millones de dólares por la venta de hidrocarburos. Con relación a esto, hay que tener en cuenta que cualquier vendedor necesita, siempre, un comprador, Y, por otro lado, hay que ser conscientes de que todo el petróleo tiene su propia marca, su propio ADN. De hecho, es posible determinar de qué reserva ha salido determinada cantidad de petróleo, ya que éste nunca sale puro sino que brota contaminado por una serie de compuestos que varían dependiendo de la zona en donde se encuentra el pozo. Esta traza puede seguirse.
En otro orden de cosas, para vender petróleo, en crudo o refinado, por valor de 2.000 millones de euros, hay que mantener una logística muy compleja que permita transportarlo fuera de Irak y de Siria. Como decíamos antes, estamos hablando de territorios llanos y prácticamente desiertos, ¿cómo es posible que nadie pueda seguir los convoyes de camiones que sacan el petróleo de estos territorios? Y, lo más importante, ¿quién está comprando ese petróleo? Tiene que haber algunos países o algunas empresas multinacionales que estén adquiriendo este petróleo, que podría venderse con reducciones en el precio del barril de hasta 30 dólares. Además, se da la circunstancia de que Irak, a pesar de la situación sumamente convulsa que atraviesa el país, está produciendo actualmente más petróleo que en toda su historia. Es claro que si el Estado Islámico, los kurdos y otros actores están cediendo petróleo, hay que pensar que alguien se está beneficiando de estas ventas.
Entonces, ¿cómo habría que acabar con el EI?
Para luchar efectivamente contra el Estado Islámico hay que intervenir sus fuentes de financiación. Las principales son la venta de petróleo y la venta del patrimonio arqueológico de Irak y Siria.
Se calcula que el EI cuenta con unos 1.000 millones de dólares para mantener el “Estado” que quiere formar alrededor de una interpretación máxima y rigorista de las leyes islámicas, un “Estado” en el que actualmente viven entre seis y ocho millones de personas. Si se les cercena las fuentes de financiación que tienen para, de una manera u otra, mantener a estas personas, antes o después una gran parte de esta población se volverá contra ellos. El EI está obligado a gastarse, además, unos 10 millones de dólares mensuales en mantener a sus combatientes. Si en un momento dado estos combatientes dejan de cobrar su mensualidad, se marcharán.
Otra línea de actuación consiste en mantener reuniones y encuentros con los líderes tribales suníes para garantizarles que se les va a restituir en sus puestos políticos y en su estatus social y económico a cambio de que ellos mismos se encarguen de expulsar a estos combatientes.
Otra vía de trabajo pasaría por reunir seriamente a todas las partes implicadas en el conflicto (Turquía, Irán, monarquías del Golfo, Estados Unidos y Rusia, fundamentalmente) y exigirles la búsqueda inmediata de una solución a un problema que ellos, en mayor o menor medida, han creado.
En mi opinión, una intervención militar, exclusivamente, contra el EI, no es la solución. Una intervención militar excesivamente potente causaría muchas bajas civiles en Irak y en Siria. También comenzarían a surgir voces críticas en las sociedades occidentales porque comenzarían a producirse bajas en nuestras filas. Además, hay que tener en cuenta algo muy importante en este mundo: su percepción de la venganza. La venganza es uno de los pilares de la sociedad musulmana. Cada vez que alguien mata a una persona de una familia, el resto de ésta se encuentra obligada a vengarse, pasen las generaciones que pasen. Por ello, y como está ocurriendo en Afganistán, una intervención militar demasiado fuerte provocaría un enquistamiento del problema."