Max escribió:Entiendo que se llega a esto después de pasar por todo lo que has comentado: que llegó a su tutor y no pusieron medios ni se preocuparon del problema. Creo que fue el último recurso....y yo lo comprendo perfectamente.
No, no, esto es mucho más extenso y los últimos recursos van por otro lado bien distinto:
- Si los chavales que llevan a cabo el acoso son menores de 14 años, no tienen responsabilidad frente a la justicia, pero sus padres son unos irresponsables y se les podría castigar por ello. Pero antes van más cosas. Se debe acudir a la dirección del centro en primer lugar y exponer el caso, dirección debe sancionar en primer lugar a los chavales en el centro, expulsándolos de forma temporal y ante la reincidencia de forma definitiva, lo cual debería llevar a la camarilla de chavales a acabar disgregados para el próximo curso ya que terminan matriculados en centros diferentes, lo cual ayuda a extinguir estas conductas al no tener apoyos de iguales. En el caso de que el centro no actúe así, hay que ver si es mejor hablar con servicios sociales y con la policía, si esos chavales se comportan de esa manera seguramente sus padres serán irresponsables en su cuidado y educación, servicios sociales podría incluso quitarles a los hijos, lo cual también alejaría el problema porque acabarían matriculados en el colegio más cercano al centro de acogida donde terminen. Y el centro educativo ser investigado y sancionado por rehuir su responsabilidad, por cierto.
- Si los chavales ya cumplieron los 14 tienen responsabilidad frente a la justicia, y deben rendir cuentas ante ella. Dependiendo de la gravedad del acoso, agresiones, robos y la reincidencia que puedan tener, pueden acabar internados en un centro de menores cumpliendo una medida judicial, y no tiene por qué ser laxa. Se les separaría de sus padres, perderían su libertad y quedarían alejados del centro educativo en el que daban problemas definitivamente.
Repito, lo que hizo el hombre de coger del cuello no fue una solución. La solución es reeducar a esos niños y sus padres para que funcionen en la sociedad correctamente, amenazarlos y agredirlos sólo cambia parte del foco del problema, nada más.
El problema está en el desconocimiento de la gente sobre cómo hay que actuar y afrontar las cosas usando los recursos que la sociedad pone a nuestro alcance. No podemos actuar como justicieros, aunque a veces la justicia sea lenta.