teniente_powell escribió:
De todas maneras, los raperos están mejor en la cárcel.
No estoy de acuerdo en absoluto (cualquiera puede deducir de dónde viene mi avatar) pero me ha hecho gracia, jodío
Last System escribió:
Puedo criticar las formas de Hispasonic ,..pero no creo que se me ocurra decir que hay que matar a Soyuz o pegar un tiro a los moderadores de Hispasonic , por ejemplo.
¿La amenaza es veraz y factible? No es lo mismo que yo diga aquí "¡Zapatero, te voy a matar!" a que lo diga un neonazi leonés con antecedentes por agresiones
Se están pasando por alto dos hechos muy importantes. El primero es que esas canciones son obras artísticas -no entro en la calidad-. El segundo, que se engloban en un estilo donde la bravuconada y el longipollismo son no sólo habituales, sino necesarios. ¿Alguien se cree de verdad las amenazas de Valtonyc? Por otra parte, cuando ETA aún mataba... de hecho, cuando ETA declaró su alto el fuego definitivo, creo que fue en el 2014, hubo UN juicio por enaltecimiento del terrorismo. UNO. Desde entonces ha habido 70 y pico. La doctrina judicial acotaba el enaltecimiento y apología, necesitaba de algún vínculo más allá de decir "Gora ETA" delante de un cuartel en plan chiquillada cafre. Ahora se usa como tapabocas, el famoso "Todo es ETA"
KlausMaria escribió:
Pero mira al chaval este le ha salido bien la jugada:
El rapero Valtonyc acudirá a más de 20 festivales catalanes como respuesta a la condena del Supremo
El Primavera Sound, el Vida o el Cruïlla se solidarizan con el mallorquín y lo incluyen en la programación de sus próximas ediciones
Espero que sea una
boutade de las tuyas y no hables en serio
Endre escribió:
¿Nadie se ha parado a pensar que todos los procesados (y en lista de espera) son artistas de corte progresista?
Hombre, por supuesto. Es lo que decía antes de los colores, azul y naranja
Bad Suite escribió:
La letra tiene pasajes éticamente reprobables pero en ningún caso condenables jurídicamente
Si incluso meten en el sumario una frase que, textualmente, pronunció Rajoy en uno de sus lapsus, el famoso "ETA es una gran nación". Pues ahí está, entre el puñado de frases con que la GC, Fiscalía, AN y TS sustentan la condena por enaltecimiento del terrorismo
Acabo con dos cositas. Una, un
demoledor artículo del New York Times sobre la deriva totalitaria en España a cuenta de varios temas, desde la Libertad de Expresión a la cuestión catalana. El otro, la entrada de Facebook de Ada Colau sobre la condena a Valtonyc y el doble rasero policial/judicial según seas azulito o anaranjado o, en cambio, de algún otro color tirando a guarro
https://www.nytimes.com/2018/02/21/world/europe/spain-art-censorship-catalonia.html
Alguien escribió:
No me gustan nada las letras o las manifestaciones artísticas que expresan odio, insultan o bromean con la violencia. Pero que no me gusten es precisamente cuestión de gustos, no de derechos.
Existe algo por encima de mis gustos o los de cualquiera: la libertad de expresar ideas, máxime cuando lo hacemos a través de una expresión artística, sea una letra de rap, sea una viñeta cómica, sea una obra expuesta en una feria.
La libertad de expresión es, me atrevería a decir, uno de los mayores logros de las democracias, y no se inventó para proteger a los poderosos para que pudieran decir lo que quisieran, sino al revés, para proteger al pueblo y dejar que se expresase libremente ante injusticias y abusos de poder. El rap es un estilo musical que juega al límite. Rebelde. Cáustico. Satírico. Un arma, bastante inofensiva por cierto, que tienen los jóvenes para expresarse como se expresan los jóvenes: jugando con los límites y la provocación. En otros tiempos el pueblo expresaba sus deseos, sus quejas y frustraciones a través de sátiras que hoy se estudian en escuelas y universidades. Quevedo, Cervantes o Goya… todos ellos fueron rebeldes y críticos ante el poder, y lo expresaron en poemas, novelas o cuadros.
Esta semana muchas personas nos hemos indignado con la condena a Valtonyc de más de tres años de prisión ( ¡3 años! ) por cantar o rapear cosas que no hacen daño real a nadie (y menos a la “realeza”) por mucho que no gusten.
No puedo dejar de comparar esta burrada con algo que viví en carne propia: el día que Cristina Cifuentes, entonces Delegada de Interior, me señaló ante un micrófono como “lideresa proetarra amiga de terroristas”. En el juicio reconoció que mentía pero su defensa se amparó en la libertad de expresión. Y ganó. Por el camino, y directamente como consecuencia de esa acusación falsa, mi familia y yo recibimos amenazas graves, en un momento en el que ni era alcaldesa ni cargo electo, sino una ciudadana de a pie portavoz de un movimiento que denunciaba los desahucios.
Ningún poderoso debería ampararse en la libertad de expresión para machacar a un ciudadano, y menos con mentiras.
Vivimos una democracia al revés cuando la libertad de expresión protege a quién tiene poder pero deja expuesto a quien no lo tiene, porque es una herramienta que se creó justo para lo contrario. Una democracia fuerte con los débiles y débil con los fuertes, es una democracia enferma.
Es desolador la cantidad de libertades que en poco tiempo estamos perdiendo. Ayer nos despertamos con otro ejemplo: la retirada de una obra de arte de Arco por incluir presos políticos y llamarlos presos políticos, cosa que al parecer, molesta a muchos políticos, pero que entra dentro de la libertad de expresión del artista, sólo faltaría. También lo vimos en sentido contrario en Barcelona, cuando PdCat y ERC se apuntaron al linchamiento del maravilloso escritor Javier Pérez Andujar cuando hizo uno de los mejores pregones que han tenido las fiestas mayores de nuestra ciudad.
Una ofensiva retrógrada que vivimos en estos tiempos en que todo se judicializa, al tiempo que la justicia se politiza para proteger siempre a los mismos.
Con cada sentencia como la de Valtonyc, con censuras como la de Arco o la del libro “Fariña” sobre el narcotráfico en Galicia, somos todos un poco menos libres. Y no podemos acostumbrarnos. No podemos ceder nuestras libertades, ni quitar importancia a hechos que sientan precedentes muy serios y que sumados unos a otros son un gran síntoma de una democracia en declive y en peligro.
Desde Barcelona haremos lo que esté en nuestra manos para resistir este ataque. Las ciudades hemos sido y debemos seguir siendo espacios de libertad, de convivencia en la diversidad, de conquista de derechos. De esperanza y alegría frente al autoritarismo y la censura. Que así sea.
Ada Colau