jimianders escribió:
Bueno, suponiendo que hay más vida en el resto del universo. Podríamos decir que en cada planeta, la vida se desarrollo, no precisamente como la conocemos aquí. Eso quiere decir que otros seres, podrían tener unas cualidades diferentes a las nuestras. Nosotros solo vemos y conocemos lo que aquí es posible, pero no en otros sitios. Como ejemplo, pues ciertas conexiones y otras formas de comunicación que tienen muchisimos seres vivos aquí en la tierra, que no las conociamos hasta que los hemos estudiado.
A parte, cuando todo lo imaginable, sea posible. ¿Que nos faltará, entonces?. Viviremos cientos de años, etc. ¿por donde continuará nuestra evolución?,,,,yo me imagino, que buscaremos donde ahora de momento, pocos buscan, dentro de nosotros y desarrollaremos, creo yo, cualidades que hoy en día son pura fantasía y tonterias para la mayoria. Pero para eso, puede pasar mucho mucho tiempo,,,,,y es cierto, el tiempo lo dirá.
Basamos la búsqueda de vida extraterrestre en la búsqueda de agua, y puede que vayamos bien encaminados, o puede que no.
Están las teorías que defienden que el agua de nuestro planeta vino del exterior, por lo que cabe pensar en el hecho de que haya otros tantos planetas de condiciones similares a las del nuestro (condiciones químicas, de temperatura, presión atmosférica, gravitatorias, etc...) en los que la llegada de agua haya tenido unas consecuencias evolutivas análogas a las nuestras.Y esto llevaría a considerar que dichas consecuencias evolutivas fácilmente podrían consistir en la vida basada en el carbono, tal y como es aquí.
La existencia de mundos con condiciones que para nosotros puedan resultar desfavorables o imposibles no es motivo suficiente para negar la posibilidad de que éstos puedan albergar formas de vida de concepción completamente diferente, aunque por el momento sólo podemos elucubrar.
De forma anecdótica, podemos pensar en esa imagen tan común del alienígena flacucho y cabezón. Esta imagen del visitante extraterrestre, por más que sea fruto de la ficción, va acorde con la concepción de ser inteligente evolucionado, el cual ha visto menguar sus cualidades físicas a la vez que muestra un órgano pensante más desarrollado.
Y esa tendencia es algo que también se observa en nuestra propia historia evolutiva. Dejamos atrás el prognatismo y demás armas con las que defendernos en un medio natural para dar paso a las capacidades mentales. Aunque claro, si queremos inventarnos un ser más evolucionado que nosotros, pues nos inventamos unas consecuencias evolutivas futuras basadas en las consecuencias evolutivas presentes. Aún así, no deja de tener su lógica.
Como ya han mencionado, contamos con un órgano cerebral de cuyo potencial apenas usamos una parte. Desde la perspectiva natural de que la necesidad hace la cualidad, es un hecho que resulta extraño, pero que ahí está. Puede que esto sea la antesala del desarrollo de ciertas capacidades que van mas allá de la resolución de problemas cada vez más complejos. Puede que la actividad cerebral, que a día de hoy es detectable, mesurable y descrifrable en cierta medida, llegue a dejar de estar confinada a la transmisión de impulsos eléctricos, exclusivamente a través de las sinapsis cerebrales, y pueda ser voluntariamente proyectada hacia fuera en forma de vibración electromagnética, de forma análoga a como nuestras cuerdas vocales nos permiten proyectar en forma de vibración mecánica. Esto daría cierto punto de apoyo a cuestiones como la telepatía o la telequinesia, que bien pueden ser cuentos chinos, bien pueden ser consecuencias de nuestro desarrollo.