Muere Pierre Henry, una de las dos voluntades generadoras de la música concreta
Inevitablemente los padres de la irrupción de la música electroacústica están diciendonos adiós. Hoy mismo, con 89 años, lo hace una de las dos voluntades que engendraron la música concreta.
Por la audiencia predominante en Hispasonic es fácil que muchos no tengáis su nombre en la memoria. Pero Pierre Henry es una persona clave, junto a Pierre Schaffer, en el alumbramiento desde Francia la así llamada música concreta. Música elaborada a partir de grabaciones. Entonces, hacia mitad del s. XX, en discos y en cinta magnetofónica, nada de samplers y DAWs.
Mientras Alemania potenciaba el uso de módulos de electrónica de comunicaciones y en USA ya se apuntaban a los ordenadores de forma temprana todavía con cálculos fuera de tiempo real, el ingeniero Pierre Henry puso su conocimiento y las máquinas de las emisoras de radio a trabajar con una voluntad creativa deseosa de encontrar en lo concreto de esas grabaciones un material sonoro renovado sobre el que construir un lenguaje musical diferenciado.
En 1949 fundó junto a Pierre Schaffer el Groupe de Recherche de Musique Concrète (GRMC) y más adelante el Groupe de Recherches Musicales (GRM) que junto con el IrCAM suponen un binomio excepcional desde las tierras galas en la génesis de la música electroacústica, ya no limitada a las formas propias de la primera 'música concreta'
El que no alargue esta nota luctuosa más, no debe ocultar el enorme reconocimiento que encierra hacia su figura. Sus obras con grabaciones de campanas y trenes poblaron mis oídos y desde ellos mi cerebro cuando las escuché en RNE2 siendo yo un preadolescente. En alguna medida, junto con otros coetáneos, nos guiaron (casi nos sentenciaron) de por vida a muchos a ser amantes de la escucha de la belleza que pueden encerrar los sonidos, y a valorar la apertura de lo musical hacia formas no descriptibles en una partitura convencional. Todo un pionero, sin duda.
Entre sus primeras obras títulos tan significativos y tan propios de la época como 'Sinfonía para un hombre sólo' o 'El micrófono bien temperado', primeras gemas de una dilatada carrera que se cierra dejando detrás un amplio catálogo de obras y grabaciones.