He observado que en ocasiones los acordes complejos se simplifican eliminando la quinta o cualquier otra nota que "parezca superflua". Un acorde de onceava (por ejemplo, C11 = do - mi - sol - si♭ - re - fa) a veces se simplifica como do - mi - si♭ - re -fa.
Recientemente me he instalado el programa Finale, y para mi sorpresa, cuando escribo en el pentagrama un acorde de menor séptima mayor con quinta bemol (por ejemplo, Cm(maj7)(♭5), cuyas notas son do - mi♭ - sol♭ - si) y le digo que calcule el acorde, me dice que es un C°7(addmaj7), es decir, un do séptima disminuido con séptima mayor añadida. ¿No son dos acordes marcadamente diferentes? Es decir, el C°7(addmaj7) sería un enarmónico de B7(♭9)/C en cuarta inversión, un acorde de 5 notas en lugar de 4.
En la práctica, el principal problema que se deriva de esto es que, a veces, cuando interpreto una canción con acordes complejos, no sé si quien transcribió los acordes tuvo en cuenta todas sus notas o no, con lo cual, si al interpretar elimino notas, puedo estar restando expresividad al tema, y si las toco todas, puedo estar añadiendo matices que, en el mejor de los casos, simplemente no estaban en la composición original, y en el peor de los casos, arruinan completamente el resultado. Como ejemplo, imaginen la canción Billie Jean de Michael Jackson, la línea del bajo junto con los demás instrumentos define un acorde de F♯m11; si elmino la quinta, que es el do♯, la canción suena totalmente diferente.
Yo soy partidario de "llamar al pan pan y al vino vino", es decir, un do treceava es siempre un acorde de siete notas, y si en la composición realmente no suena alguna de sus notas es que no es el acorde que se pretende que sea, con lo que debería modificarse su notación convenientemente para que refleje esa omisión. ¿Qué opinan sobre este asunto?