En el siguiente vídeo, de la serie "Brain games" de National Geographic, podréis observar cómo dos personas pueden ver la misma escena pero ver cosas distintas en función de lo que oyen
Si la capacidad de nuestro cerebro para reconstruir lo que ve en función de lo que oye no te ha quedado clara, echa un vistazo a este otro vídeo. El objetivo es contar las veces que parpadean los flashes en la pantalla:
Si tu cerebro es como la media, los pitidos de la grabación te habrán inducido a percibir dos parpadeos cuando había dos pitidos y un parpadeo cuando solo había un sonido. Esta última prueba pertenece a una investigación realizada por científicos de la Universidad de California en San Diego, quienes estudiaron los mecanismos por los que la percepción visual puede verse alterada por acontecimientos auditivos simultáneos a la visión.
Los investigadores sometieron a 34 voluntarios a una prueba parecida y registraron su actividad cerebral. Cuando se percibía el segundo flash ilusorio las cortezas auditora y visual del cerebro se influían mutuamente, aunque esta proximidad es distinta en cada sujeto e influye en la manera en que cada uno percibe estos fenómenos.
La idea general - y lo que se descubre cada vez que experimentas una ilusión visual o auditiva - es que tu cerebro es un prestidigitador que reconstruye los hechos con los datos de que dispone y en ocasiones rellena los huecos. Una prueba de esto es que no solo lo que oyes influye en lo que ves, sino que también sucede al revés.
En el siguiente vídeo puedes comprobarlo por ti mismo. Se trata del conocido como efecto McGurk. El vídeo de la BBC está en inglés, pero se entiende perfectamente lo que sucede:
Como veis, cuando el sujeto pronuncia la sílaba “BA” pero mueve los labios como si pronunciase una F, no podemos de dejar escuchar “FA”. El efecto se aprecia especialmente bien en el juego de las dos pantallas a mitad del vídeo, mirad primero a la derecha y luego a la izquierda. El sonido es siempre el mismo, pero nuestro cerebro cambia lo escuchado en función de lo que ve.
La prueba de que es una ilusión es que si cierras los ojos oyes el sonido real y que, aunque sepas cómo funciona y la vuelvas a ver, no puedes dejar de experimentarla. ¿No es fantástico? Pues a partir de ahora abre bien las orejas y los ojos, no sea que tu cerebro te engañe
Fuente: yahoo noticias
Si la capacidad de nuestro cerebro para reconstruir lo que ve en función de lo que oye no te ha quedado clara, echa un vistazo a este otro vídeo. El objetivo es contar las veces que parpadean los flashes en la pantalla:
Si tu cerebro es como la media, los pitidos de la grabación te habrán inducido a percibir dos parpadeos cuando había dos pitidos y un parpadeo cuando solo había un sonido. Esta última prueba pertenece a una investigación realizada por científicos de la Universidad de California en San Diego, quienes estudiaron los mecanismos por los que la percepción visual puede verse alterada por acontecimientos auditivos simultáneos a la visión.
Los investigadores sometieron a 34 voluntarios a una prueba parecida y registraron su actividad cerebral. Cuando se percibía el segundo flash ilusorio las cortezas auditora y visual del cerebro se influían mutuamente, aunque esta proximidad es distinta en cada sujeto e influye en la manera en que cada uno percibe estos fenómenos.
La idea general - y lo que se descubre cada vez que experimentas una ilusión visual o auditiva - es que tu cerebro es un prestidigitador que reconstruye los hechos con los datos de que dispone y en ocasiones rellena los huecos. Una prueba de esto es que no solo lo que oyes influye en lo que ves, sino que también sucede al revés.
En el siguiente vídeo puedes comprobarlo por ti mismo. Se trata del conocido como efecto McGurk. El vídeo de la BBC está en inglés, pero se entiende perfectamente lo que sucede:
Como veis, cuando el sujeto pronuncia la sílaba “BA” pero mueve los labios como si pronunciase una F, no podemos de dejar escuchar “FA”. El efecto se aprecia especialmente bien en el juego de las dos pantallas a mitad del vídeo, mirad primero a la derecha y luego a la izquierda. El sonido es siempre el mismo, pero nuestro cerebro cambia lo escuchado en función de lo que ve.
La prueba de que es una ilusión es que si cierras los ojos oyes el sonido real y que, aunque sepas cómo funciona y la vuelvas a ver, no puedes dejar de experimentarla. ¿No es fantástico? Pues a partir de ahora abre bien las orejas y los ojos, no sea que tu cerebro te engañe
Fuente: yahoo noticias