(éste es un método NO garantizado)
¿No os pasa que cuando vais a ensayar sentís que lo dais todo y que luego en casa vuestro fuelle no llega ni a pedo de rata? ¿Será el diafragma que está dormido? ¿Será que sin la compañía del grupo no estás arropao y "no te sale"? ¿Será por la ausencia de litronas y los porros? Yo creo que no es nada de esto; lo que influye mayormente es la VERGÜENZA.
Vergüenza a que te oiga el vecino, claro. Vergüenza porque piensa que eres una persona medianamente seria, a pesar de que haya visto bajar la basura con un pijama de tergal de los años 70. Vergüenza y después miedo, miedo a que llame a la policía o viendo cómo están las cosas hoy en día, a que pille una Katana y te convierta en chorizo por fascículos.
A mí realmente me cuesta bastante cantar en casa, pero es que muchas veces es la única forma de poder practicar, porque el ensayo semanal NI DE LEJOS es suficiente. Siempre aprovecho para cantar en el baño, sobre todo en la ducha (aquí doy mi máximo), o incluso el coche es un buen lugar para darlo todo. El problema viene cuando intentas llevarte la guitarra al coche (engorroso), y ni que decir de la ducha (cada día miro en Thomann con la esperanza de que hayan sacado guitarras impermeables), así que NO QUEDA OTRA que encerrarte en la habitación y rezar para que los vecinos no estén en casa, porque como estén y te puedan oír ya te entra el nervio y la vergüencilla esa que te impide liberarte y cantar como Dios manda. Ahora os daré una serie de consejos / estratagemas que yo utilizo a la hora de cantar en casa para evitar que los putos vecinos me escuchen y decidan asesinarme o llamar a los monos.
Consejos:
1.- Hazlo a horas adecuadas. Mañanas de 10:30 a 13:30. La siesta es sagrada. Luego puedes dar por culo fácilmente hasta eso de las 21:00 horas o si te pones tonto hasta las 9 de la noche.
2.- Si sobrepasas estas horas o te da vergüenza, hay que tirar de lo que yo llamo EL SISTEMA ACORAZADO. Consiste en cerrar tu habitación y todas las de tu perímetro contiguo, pero dejar abiertas las que dan al exterior y poner una tele A TODO PIJO en cada una de ellas. Así, las habitaciones interiores aislarán el sonido, y las de fuera -que estarán más en contacto con sus patios/casas- sólo escucharán el ruidaco de la TV. Es conveniente sintonizar emisoras aptas para idiotizar al personal, rollo Sol Música y similares; si lo haces, aunque se te oiga de fondo cantando una aria de Verdi nunca repararán en que existes, de hecho mucha gente sigue creyendo que "una aria de Verdi" significa "peta de hierba" en Italiano (por favor qué chiste, cianuro en mi boca YA).
3.- Comprarte un edificio entero y cantar en el ático.
4.- Emborracharte. La vergüenza se irá difuminando a partir de la tercera cerveza / segundo cubata.
5.- Ir puerta por puerta a casa de todos y cada uno de tus vecinos, guitarra en mano y tocarles durante un minuto el tema que peor te salga. La vergüenza a partir de aquí se va a tomar por culo automáticamente, ya has tocado fondo. El efecto se intensifica si realizas este acto ataviado con el pijama de bajar la basura.
6.- Aprender a cantar y ganar confianza hasta el punto de que te la sude lo que piensen o que puedas molestarles.
7.- Vivir en latinoamérica y tener una habitación con luz ténue. Aquí el concepto de vergüenza directamente no existe.
8.- Sellar con 300 kilos de AURALEX tu "sala de canto", ventanas incluídas. El único problema es que es algo caro y que corres el riesgo de asfixiarte antes de llegar al estribillo.
9.- Ir a la bomba que suministra agua a todo el vecindario y verter discos de Chenoa y Melody en polvo. Los cuerpos de tus vecinos reaccionarán activando un mecanismo natural de autodefensa que les provocará sordera crónica. Los más honestos puede que se suiciden.
10.- Piensa en que Fran Perea ha hecho conciertos.
Si aún así no consigues quitarte la vergüenza, siempre puedes aunar esfuerzos comprándote un edificio entero en sudamérica, en cuyo ático haya una habitación de luz ténue, y una vez dentro te emborrachas y aprendes a cantar, intentando no ahogarte con los 300 kilos de Auralex que te envuelven. Teniendo en cuenta que llevas todo esto a cabo a en el horario indicado y utilizando el SISTEMA ACORAZADO de aislamiento de puertas, el polvo de Chenoa y el paseo puerta por puerta por el vecindario no serán necesarios.
Y si a pesar de todo te sigues creyendo un ser indigno, ponte en el lugar de Fran Perea y piensa que si él es capaz de levantarse por las mañanas qué coño te va a importar a ti si no metes clavado un Do4. La vida son 2 días (bueno, uno y medio después de leer esto)
¿Tenéis vergüenza también a cantar en casa? ¿Cómo os las ingeniáis?
¿No os pasa que cuando vais a ensayar sentís que lo dais todo y que luego en casa vuestro fuelle no llega ni a pedo de rata? ¿Será el diafragma que está dormido? ¿Será que sin la compañía del grupo no estás arropao y "no te sale"? ¿Será por la ausencia de litronas y los porros? Yo creo que no es nada de esto; lo que influye mayormente es la VERGÜENZA.
Vergüenza a que te oiga el vecino, claro. Vergüenza porque piensa que eres una persona medianamente seria, a pesar de que haya visto bajar la basura con un pijama de tergal de los años 70. Vergüenza y después miedo, miedo a que llame a la policía o viendo cómo están las cosas hoy en día, a que pille una Katana y te convierta en chorizo por fascículos.
A mí realmente me cuesta bastante cantar en casa, pero es que muchas veces es la única forma de poder practicar, porque el ensayo semanal NI DE LEJOS es suficiente. Siempre aprovecho para cantar en el baño, sobre todo en la ducha (aquí doy mi máximo), o incluso el coche es un buen lugar para darlo todo. El problema viene cuando intentas llevarte la guitarra al coche (engorroso), y ni que decir de la ducha (cada día miro en Thomann con la esperanza de que hayan sacado guitarras impermeables), así que NO QUEDA OTRA que encerrarte en la habitación y rezar para que los vecinos no estén en casa, porque como estén y te puedan oír ya te entra el nervio y la vergüencilla esa que te impide liberarte y cantar como Dios manda. Ahora os daré una serie de consejos / estratagemas que yo utilizo a la hora de cantar en casa para evitar que los putos vecinos me escuchen y decidan asesinarme o llamar a los monos.
Consejos:
1.- Hazlo a horas adecuadas. Mañanas de 10:30 a 13:30. La siesta es sagrada. Luego puedes dar por culo fácilmente hasta eso de las 21:00 horas o si te pones tonto hasta las 9 de la noche.
2.- Si sobrepasas estas horas o te da vergüenza, hay que tirar de lo que yo llamo EL SISTEMA ACORAZADO. Consiste en cerrar tu habitación y todas las de tu perímetro contiguo, pero dejar abiertas las que dan al exterior y poner una tele A TODO PIJO en cada una de ellas. Así, las habitaciones interiores aislarán el sonido, y las de fuera -que estarán más en contacto con sus patios/casas- sólo escucharán el ruidaco de la TV. Es conveniente sintonizar emisoras aptas para idiotizar al personal, rollo Sol Música y similares; si lo haces, aunque se te oiga de fondo cantando una aria de Verdi nunca repararán en que existes, de hecho mucha gente sigue creyendo que "una aria de Verdi" significa "peta de hierba" en Italiano (por favor qué chiste, cianuro en mi boca YA).
3.- Comprarte un edificio entero y cantar en el ático.
4.- Emborracharte. La vergüenza se irá difuminando a partir de la tercera cerveza / segundo cubata.
5.- Ir puerta por puerta a casa de todos y cada uno de tus vecinos, guitarra en mano y tocarles durante un minuto el tema que peor te salga. La vergüenza a partir de aquí se va a tomar por culo automáticamente, ya has tocado fondo. El efecto se intensifica si realizas este acto ataviado con el pijama de bajar la basura.
6.- Aprender a cantar y ganar confianza hasta el punto de que te la sude lo que piensen o que puedas molestarles.
7.- Vivir en latinoamérica y tener una habitación con luz ténue. Aquí el concepto de vergüenza directamente no existe.
8.- Sellar con 300 kilos de AURALEX tu "sala de canto", ventanas incluídas. El único problema es que es algo caro y que corres el riesgo de asfixiarte antes de llegar al estribillo.
9.- Ir a la bomba que suministra agua a todo el vecindario y verter discos de Chenoa y Melody en polvo. Los cuerpos de tus vecinos reaccionarán activando un mecanismo natural de autodefensa que les provocará sordera crónica. Los más honestos puede que se suiciden.
10.- Piensa en que Fran Perea ha hecho conciertos.
Si aún así no consigues quitarte la vergüenza, siempre puedes aunar esfuerzos comprándote un edificio entero en sudamérica, en cuyo ático haya una habitación de luz ténue, y una vez dentro te emborrachas y aprendes a cantar, intentando no ahogarte con los 300 kilos de Auralex que te envuelven. Teniendo en cuenta que llevas todo esto a cabo a en el horario indicado y utilizando el SISTEMA ACORAZADO de aislamiento de puertas, el polvo de Chenoa y el paseo puerta por puerta por el vecindario no serán necesarios.
Y si a pesar de todo te sigues creyendo un ser indigno, ponte en el lugar de Fran Perea y piensa que si él es capaz de levantarse por las mañanas qué coño te va a importar a ti si no metes clavado un Do4. La vida son 2 días (bueno, uno y medio después de leer esto)
¿Tenéis vergüenza también a cantar en casa? ¿Cómo os las ingeniáis?