Djs haciendo el cabra
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" Ricardo Villalobos es como Batman: tiene una vida de noche y otra de día, aunque nótese que para el chileno ‘día’ es una medida de tiempo que comienza exactamente cuando cierran los afters. Que por estos lados se le conozca unánimemente como ‘Pillaglobos’ dada su afición desmedida a la fiesta es algo que afecta seriamente a su imagen pública, pero eso no tiene que restarle méritos a una producción que ha remontado el vuelo hasta la estratosfera con el minimal vs. minimalismo de “For disco only 2”, donde sampleaba a Philip Glass, y ese colosal “Achso”, un doble maxi que se va más allá de los cuarenta minutos y que marca un giro muy serio en su trayectoria posterior a “Alcachofa”.
Los Djs más fiesteros del planeta
Si un DJ decide que, además de cobrar, él se va a meter la fiesta padre, puede ocurrir que la gente –la que se deja el dinero en la puerta– quizá no encuentre la animación por la que ha pagado. De igual modo, un DJ que no transmita ningún tipo de emoción ni entrega, por muy limpio que vaya, también puede alcanzar el mismo pobre resultado. Y a la vez, si un DJ es capaz de contagiar su propia diversión y desfase al personal sin que con ello se resienta el resultado final ni la calidad de la sesión –el mejor ejemplo sería Sven Väth–, puede convertir una noche normal en una experiencia, en una gran explosión.
Por supuesto, existen tantos tipos de DJs fiesteros como existen categorías de clubbers: está el que sólo bebe agua y va al baño únicamente a mear, está el que acaba borracho, está el que consume drogas de manera discreta y sin pasar se, el que se droga pero nunca mientras trabaja y luego existe una categoría de seres superiores según la escala del fiesteo a la que sólo acceden unos pocos elegidos de la noche: el DJ que pincha con media farmacia dentro del cuerpo y que no se esconde de las miradas indiscretas. No es habitual encontrarse con ellos, pero en los últimos tiempos han aflorado, han salido del armario (o, mejor dicho, del botiquín) y han creado tendencia. Hay DJs que son más conocidos por sus pasadas de la raya que por la calidad de sus sesiones o producciones –independientemente de que luego tengan un nivel de primera división–, y donde antes había una velada discreción ahora hay una explícita exhibición de toxicidad en público. Casi todos se alinean alrededor de la esfera Cocoon –el sello y oficina de contratación de Sven Väth–, y todos tienen varias medallas psicotrópicas, disociativas y eufóricas en su chaqueta. Estos son sus “méritos”.
1. Sven Väth . En unas fotos recientes se le ha podido ver desnudo de cintura para arriba y luciendo unos asquerosos quistes de toxina en su zona lumbar: Sven se ha metido tanta droga a lo largo de su vida que su cuerpo se ha convertido en un vertedero de restos de substancias que el organismo es incapaz de eliminar como no sea con cirugía. En sus buenos tiempos, cuando era el rey del trance de Frankfurt y pinchaba en ese templo del vicio llamado Omen, podía llegar a estar veinte horas seguidas sin dormir y descansar, parando sólo para ir a miccionar, y acabando las noches con asistencia médica y respirando oxígeno artificialmente por medio de una mascarilla y una bombona. Las leyendas urbanas alrededor de su historial son muchas y a la mayoría se le pueden dar credibilidad: que si se va una vez al año a Tailandia a cambiarse la sangre, que si una vez en Ibiza se le paralizó media cara y un poco más y no lo cuenta, que si se ha llegado a tirar de coches en marcha para irse a un after... Por no hablar de sexo en medio de la pista de baile y algún que otro gatillazo que se rumorea que ha tenido en zonas de backstage. Sven no dice que no a nada y milagrosamente sigue vivo. Sencillamente, es Dios.
2. Ricardo Villalobos . Sus fotos con la cara en Cuenca se han hecho célebres y corren por Internet como si fuera material propio de portales del freakismo como yonquis.com (el nombre de la web es el que es, no va con segundas). A Villalobos en España se le conoce ya como “Pillaglobos” por los pedos que se coge, y es habitual verle siempre más para allá que para aquí cuando pincha. Además, no se esconde, y a él cabe reconocerle como el pionero del fiesterismo sin máscaras y a la luz del día –nunca mejor dicho, puesto que lo que más le gusta es pinchar en afters–. No está claro qué es lo que consume el chileno, pero debe de haber más de dos cosas. Incluso que a su música se le catalogue dentro de un nuevo estilo llamado “ketaminimal” supone una pista jugosa. Ni que decir tiene que es amigo de Sven y es DJ exclusivo de su agencia Cocoon. Vamos, un fiestero del “Copoón”.
3. Richie Hawtin . Richie era un hombre serio y normal hasta que se dejó flequillo. Mientras iba por el mundo con las gafas de pasta y la cabeza afeitada todo el mundo le tuvo por un intelectual, y ahora, casi de la noche a la mañana, le acompaña siempre el sambenito de rey de los afters. Todo comienza cuando Sven Väth le invita a pinchar en Ibiza, a Richie le gusta y decide repetir y repetir, y encima seguir el ritmo del anfitrión y acabar pinchando a cuatro platos en afters con Villalobos. Se dice que Hawtin es bastante disciplinado en las cosas del ocio y que pasa seis meses al año sobrio y otros seis no tanto, pero en esos seis que corresponden a la primavera y al verano la lía. Últimamente le ha cogido el gustillo a practicar “stagediving” –es decir, tirarse al público desde el escenario y volver llevado a cuestas por la marea de fiesteros– y esa práctica le ha dado algún que otro disgusto: el pasado pasarmarzo, en Miami, en un after en el que pinchaba con Adam Beyer y Marco Carola, los gorilas le expulsaron del club –¡en plena actuación!– por lanzarse al público. Luego se dijo que posiblemente llevara encima un botecito de algo líquido, pero...
4. Marco Carola . Para cerrar el círculo, digamos que Carola es amigo de Sven y Richie, aunque no se le conocen tantas hazañas en el consumo de estupefacientes como al primero. Está claro que de lo que se come se cría, y que si uno se va de fiesta con estos dos, el crystal, la keta y el perico corren como el agua. Pero los galones fiesteros del apolíneo Marco no han sido ganados tanto en la cabina y en el club como fuera, en el hotel. Promíscuo como pocos, es vox populi que el napolitano afincado en Frankfurt siempre que viaja solicita que le reserven una habitación de hotel con cama de matrimonio. ¿Para qué? Pueden imaginarlo: después de pinchar baja a la pista, busca dos o tres jovencitas de su agrado y, como si fuera el flautista de Hamelín, con bonitas o lascivas palabras (o regalitos) se las atrae, les abre la puerta y el resto ya se lo pueden imaginar. Este también es Dios.
5. DJs sobrios . A la vez que tenemos a los DJs fiesteros, tenemos el opuesto de esta realidad: los DJs sobrios, discretos o, directamente, enfrentados al consumo de drogas duras. Lo habitual es encontrarse con DJs profesionales que durante el show beben –lo normal es que pidan sólo alcohol de baja graduación, o tal vez, como es el caso de Misstress Barbara, Luke Slater o Miss Kittin, una carísima botella de Moët-Chandon. Y luego están los intransigentes y beligerantes, como Dave Clarke, un DJ que aunque es aficionado al vino de calidad y a los puros caros, siempre ha condenado el consumo de drogas entre el público y la escena. Las palabras de la bestia del techno siempre han sido duras: no tolera nada de drogas para sí mismo, y ha llegado a decir que no considera como parte de su público aquel que se droga en el club. Posteriormente ha relajado su discurso y ha dicho que el público puede hacer lo que quiera, que él seguirá limpio. Eso sí, todos tenemos adicciones y la suya también es peligrosa: le gusta coleccionar Ferraris y rodar a más de doscientos por la autopista. Más de una hostia se ha metido ya y por poco se queda ahí. "
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Me ha hecho gracia este comentario hecho (hace un tiempo ya...) por el amigo KaRtMaN del foro de Ibiza Spotlife.
Saludos
Los Djs más fiesteros del planeta
Si un DJ decide que, además de cobrar, él se va a meter la fiesta padre, puede ocurrir que la gente –la que se deja el dinero en la puerta– quizá no encuentre la animación por la que ha pagado. De igual modo, un DJ que no transmita ningún tipo de emoción ni entrega, por muy limpio que vaya, también puede alcanzar el mismo pobre resultado. Y a la vez, si un DJ es capaz de contagiar su propia diversión y desfase al personal sin que con ello se resienta el resultado final ni la calidad de la sesión –el mejor ejemplo sería Sven Väth–, puede convertir una noche normal en una experiencia, en una gran explosión.
Por supuesto, existen tantos tipos de DJs fiesteros como existen categorías de clubbers: está el que sólo bebe agua y va al baño únicamente a mear, está el que acaba borracho, está el que consume drogas de manera discreta y sin pasar se, el que se droga pero nunca mientras trabaja y luego existe una categoría de seres superiores según la escala del fiesteo a la que sólo acceden unos pocos elegidos de la noche: el DJ que pincha con media farmacia dentro del cuerpo y que no se esconde de las miradas indiscretas. No es habitual encontrarse con ellos, pero en los últimos tiempos han aflorado, han salido del armario (o, mejor dicho, del botiquín) y han creado tendencia. Hay DJs que son más conocidos por sus pasadas de la raya que por la calidad de sus sesiones o producciones –independientemente de que luego tengan un nivel de primera división–, y donde antes había una velada discreción ahora hay una explícita exhibición de toxicidad en público. Casi todos se alinean alrededor de la esfera Cocoon –el sello y oficina de contratación de Sven Väth–, y todos tienen varias medallas psicotrópicas, disociativas y eufóricas en su chaqueta. Estos son sus “méritos”.
1. Sven Väth . En unas fotos recientes se le ha podido ver desnudo de cintura para arriba y luciendo unos asquerosos quistes de toxina en su zona lumbar: Sven se ha metido tanta droga a lo largo de su vida que su cuerpo se ha convertido en un vertedero de restos de substancias que el organismo es incapaz de eliminar como no sea con cirugía. En sus buenos tiempos, cuando era el rey del trance de Frankfurt y pinchaba en ese templo del vicio llamado Omen, podía llegar a estar veinte horas seguidas sin dormir y descansar, parando sólo para ir a miccionar, y acabando las noches con asistencia médica y respirando oxígeno artificialmente por medio de una mascarilla y una bombona. Las leyendas urbanas alrededor de su historial son muchas y a la mayoría se le pueden dar credibilidad: que si se va una vez al año a Tailandia a cambiarse la sangre, que si una vez en Ibiza se le paralizó media cara y un poco más y no lo cuenta, que si se ha llegado a tirar de coches en marcha para irse a un after... Por no hablar de sexo en medio de la pista de baile y algún que otro gatillazo que se rumorea que ha tenido en zonas de backstage. Sven no dice que no a nada y milagrosamente sigue vivo. Sencillamente, es Dios.
2. Ricardo Villalobos . Sus fotos con la cara en Cuenca se han hecho célebres y corren por Internet como si fuera material propio de portales del freakismo como yonquis.com (el nombre de la web es el que es, no va con segundas). A Villalobos en España se le conoce ya como “Pillaglobos” por los pedos que se coge, y es habitual verle siempre más para allá que para aquí cuando pincha. Además, no se esconde, y a él cabe reconocerle como el pionero del fiesterismo sin máscaras y a la luz del día –nunca mejor dicho, puesto que lo que más le gusta es pinchar en afters–. No está claro qué es lo que consume el chileno, pero debe de haber más de dos cosas. Incluso que a su música se le catalogue dentro de un nuevo estilo llamado “ketaminimal” supone una pista jugosa. Ni que decir tiene que es amigo de Sven y es DJ exclusivo de su agencia Cocoon. Vamos, un fiestero del “Copoón”.
3. Richie Hawtin . Richie era un hombre serio y normal hasta que se dejó flequillo. Mientras iba por el mundo con las gafas de pasta y la cabeza afeitada todo el mundo le tuvo por un intelectual, y ahora, casi de la noche a la mañana, le acompaña siempre el sambenito de rey de los afters. Todo comienza cuando Sven Väth le invita a pinchar en Ibiza, a Richie le gusta y decide repetir y repetir, y encima seguir el ritmo del anfitrión y acabar pinchando a cuatro platos en afters con Villalobos. Se dice que Hawtin es bastante disciplinado en las cosas del ocio y que pasa seis meses al año sobrio y otros seis no tanto, pero en esos seis que corresponden a la primavera y al verano la lía. Últimamente le ha cogido el gustillo a practicar “stagediving” –es decir, tirarse al público desde el escenario y volver llevado a cuestas por la marea de fiesteros– y esa práctica le ha dado algún que otro disgusto: el pasado pasarmarzo, en Miami, en un after en el que pinchaba con Adam Beyer y Marco Carola, los gorilas le expulsaron del club –¡en plena actuación!– por lanzarse al público. Luego se dijo que posiblemente llevara encima un botecito de algo líquido, pero...
4. Marco Carola . Para cerrar el círculo, digamos que Carola es amigo de Sven y Richie, aunque no se le conocen tantas hazañas en el consumo de estupefacientes como al primero. Está claro que de lo que se come se cría, y que si uno se va de fiesta con estos dos, el crystal, la keta y el perico corren como el agua. Pero los galones fiesteros del apolíneo Marco no han sido ganados tanto en la cabina y en el club como fuera, en el hotel. Promíscuo como pocos, es vox populi que el napolitano afincado en Frankfurt siempre que viaja solicita que le reserven una habitación de hotel con cama de matrimonio. ¿Para qué? Pueden imaginarlo: después de pinchar baja a la pista, busca dos o tres jovencitas de su agrado y, como si fuera el flautista de Hamelín, con bonitas o lascivas palabras (o regalitos) se las atrae, les abre la puerta y el resto ya se lo pueden imaginar. Este también es Dios.
5. DJs sobrios . A la vez que tenemos a los DJs fiesteros, tenemos el opuesto de esta realidad: los DJs sobrios, discretos o, directamente, enfrentados al consumo de drogas duras. Lo habitual es encontrarse con DJs profesionales que durante el show beben –lo normal es que pidan sólo alcohol de baja graduación, o tal vez, como es el caso de Misstress Barbara, Luke Slater o Miss Kittin, una carísima botella de Moët-Chandon. Y luego están los intransigentes y beligerantes, como Dave Clarke, un DJ que aunque es aficionado al vino de calidad y a los puros caros, siempre ha condenado el consumo de drogas entre el público y la escena. Las palabras de la bestia del techno siempre han sido duras: no tolera nada de drogas para sí mismo, y ha llegado a decir que no considera como parte de su público aquel que se droga en el club. Posteriormente ha relajado su discurso y ha dicho que el público puede hacer lo que quiera, que él seguirá limpio. Eso sí, todos tenemos adicciones y la suya también es peligrosa: le gusta coleccionar Ferraris y rodar a más de doscientos por la autopista. Más de una hostia se ha metido ya y por poco se queda ahí. "
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Me ha hecho gracia este comentario hecho (hace un tiempo ya...) por el amigo KaRtMaN del foro de Ibiza Spotlife.
Saludos
Eso es del Dave Clarke sobrio... Más de una vez lo he visto saltar a la cabina canuto en boca. Ya ves! En el Sonar de hara 2 años, que pincho a las 6 y pico de la mañana y ahi lo veias en las peazo de pantallas fumandose un lirio.
Os habies dejado a otro perla en el camino: Felix Dahousecat. No se si lo habreis visto alguna vez, pero siempre va acompañado de una botella Belvedere, vodka, lo mejor es que se la calza el solo. Anda que no me hizo correr el cabron para encontrar una botella de estas... Hay que épocas esas de camarero de discoteca...
Os habies dejado a otro perla en el camino: Felix Dahousecat. No se si lo habreis visto alguna vez, pero siempre va acompañado de una botella Belvedere, vodka, lo mejor es que se la calza el solo. Anda que no me hizo correr el cabron para encontrar una botella de estas... Hay que épocas esas de camarero de discoteca...
Yo a un tio asi no lo contrato, por dos razones, la primera es que no tengo pasta para pagar su cache, y la segunda es que un dj asi no puede trabajar en condiciones, a duras penas podran mantenerse en pie del ciego que llevan, por mucho nombre que tenga, espero que estas fiestas sean privadas.
Pinchar es un trabajo mas, necesita concentracion.
Pinchar es un trabajo mas, necesita concentracion.
juggernaut escribió:yo he aprendido que quiero ser marco carola.
Yo tambien me apunto. A ver si en la proxima rencarnación tengo más suerte.
Pero bueno realmente tampoco es para alarmarse, seguramente "todos"(tampoco quiero que se me ofenda nadie) hemos pinchado en casa o fuera con alguna copilla/canutillo/raya en el cuerpo. Si que es verdad que hay artistas que son una desfasados de la vida, yo con lo del Felix da housecat me quede pilladisimo. Pero alfinal son artistas que cumplen y es lo que interesa de verdad. Tampoco es que sea un deboto de Sven Väth pero yo nunca lo he visto cagarla de una forma espectacular como la caga Jeff Mills, por poner un ejemplo.
Querais o no la droga ha ido/estado siempre al lado del arte. Pintores como Degas, Renoir se ponian hasta el ojete de absenta y creo yo que nadie los tilda de yonquis, sino como grandes pintores.
Alguien escribió:
Querais o no la droga ha ido/estado siempre al lado del arte. Pintores como Degas, Renoir se ponian hasta el ojete de absenta y creo yo que nadie los tilda de yonquis, sino como grandes pintores.
la droga y el arte suelen ir de la mano:
Sid Barret,jimy hendrix,janis joplin,morrison,D.gillespie,Coltrane,camaron,rolling,lou reed, miles davis,Marley,Robe(extremo),Sven VAth,Pillaglobos,.....etc.....
bonguilongui escribió:Alguien escribió:
Querais o no la droga ha ido/estado siempre al lado del arte. Pintores como Degas, Renoir se ponian hasta el ojete de absenta y creo yo que nadie los tilda de yonquis, sino como grandes pintores.
la droga y el arte suelen ir de la mano:
Sid Barret,jimy hendrix,janis joplin,morrison,D.gillespie,Coltrane,camaron,rolling,lou reed, miles davis,Marley,Robe(extremo),Sven VAth,Pillaglobos,.....etc.....
Esa es la excusa que hoy utilizan algunos para drogarse. Cuenta mejor los grandes pintores, escultores, que no lo hacian. No me pronuncio mas, porque este no es el tema, el tema es "haciendo el cabra".
Abramos un hilo nuevo "sexo drogas y house"
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