Sin la "s" final.
Coincide la forma "parlem" tanto en presente de subjuntivo como en presente de imperativo, en primera persona del plural.
Sin embargo la traducción al castellano en cada uno de los casos varía, siendo "hablamos" en el primero y "hablemos" en el segundo.
Así, en imperativo:
Però parlem de Llengües - Pero hablemos de lenguas.
Para que no quedase duda de la forma imperativa, se podrían añadir signos de exclamación.
La verdad, Carmelo, es que no sé porqué te sientes (parece que) obligado a soltar esas puyitas tuyas tan molestas, porque luego retomas el modo didáctico y da gusto leerte. De tu mensaje destacaría esto, que me parece importantísimo:
lo que pasa es que los españoles cerriles (ojo que también el mito del catalán intolerante tiene también su parte de justificación) no hacen nada por entender y que su nivel ligüistico es paupérrimo, hablan un español irreflexivo y mimético sin contemplar la etimología ni saber el significado antiguo de las palabras, que no es pura abstracción, desconocen el latín, y no tienen otra lengua romance para improvisar una gramática comparada de uso.
La etimología es la clave, es la piedra roseta del paisano de a pie para, por ejemplo, entender las lenguas romances sin demasiado esfuerzo. Fijarse en las palabras, en su historia, en su raíz común y extrapolar a otro idioma que comparte esas raíces es la forma más simple y rápida de entenderlo. Uno de los mayores errores que, en mi humilde opinión, se están haciendo con el sistema educativo es la erradicación de la enseñanza del latín, cuyo conocimiento favorece que un catalán, es un decir, pueda entender a un rumano o un español a un portugués o todos entre ellos con el mínimo esfuerzo.
joer, pues a mi el latín me mató con las declinaciones...anda que no se complicaban la vida esos romanos ajajaja
#37
Y a mí, pero lo interesante no eran las declinaciones, sino la raíz que declinaban, que es lo que ha perdurado y, con sus obvias y naturales diferencias, aún se conserva en las lenguas romances.
Mira, Carmelo, me caes bien, pero no mola nada que corrijas porque sí a la gente que escribe en castellano aceptable: lo de corregir un "pones" fue totalmente innecesario porque a) se entendía y b) no era incorrecto. Y que luego lo remates con una frase en un supuesto catalán que da pena no mejora nada la situación.
A veces nos ensimismamos en el lenguaje (o en la lenguas, viperinas algunas) olvidando que no es más que una herramienta de comunicación. Saber latín estaría fantástico, porque conocer el origen de las cosas nos permite entender el qué, el cómo y el porqué del ahora, incluso más allá del puro lenguaje, sin embargo creo que el exceso retrospectivo puede evitar en ocasiones el avance intelectual / social / cultural / etcal.
Todo esto, con un millón de matices.
#39
Tenía el día del señalr el defecto, ¿tú te cfres que a mí me importa algo lo bien o mal que os caiga, auqnue apreio tu aprecio.
Seguramente tryky 2k no era el mejor candidato a la crtica; pero cuando me pongo me pongo, tenemos un foro en el que nos expresamos de forma parvularia y no tengo 0prqueé ingresar en un foro de exquisitos en el leguaje, ya tengo este que me gusta por buenas o malas razones, déjame que me siga ganando alguna enemistad en señalar alguna pelotudez, eso no son puyitas, por cierto.
Y, ya , cuando nos metemos con los centramericanos y norteamericanos es para cortarse las venas.
#38
Con el tiempo es lo que a mí también, había declinaciones bien hijaputas, y qué poco se nos explicaba en general de los porqués existieron.
#40
No sé si estoy muy de acuerdo con eso. Conocer el pasado y la evolución de las cosas permite saber porqué son así y evita cometer los mismos errores o volver a inventar lo que ya estaba inventado. Por ende, conocer el pasado ayuda a evolucionar mejor. Con el lenguaje y la cultura pasa exactamente lo mismo.
#36
Sí, la verdad es que ya era sinvergúenza, ahora además es que me importa todo un huevo, reconzco que merezco un areprimenda por verborréco e incontinente; pero mejor pàra todos, si os hincho mucho los cojones podéis pasar o mandarme, con todo el derecho, al pedo.
Pero a lo mejor, entre tanta carmelada, hablamos de tabús como la relación ligüística (y no solo lingüistica) entre Espanya y Catalanya sin acudir a la astracanada, sin abrir denbtes politiqueros con os maniqueismos acostumbrados y conmigo como chivo espiatorio, si lo miráis bajo este prisma, salgo a cuenta de largo.