Trátala como a una gorda
Gran parte de lo que se conoce como “nuevo juego” se puede resumir en: “trátala como a una gorda”.
Escríbela cuando quieras verla. Pon “ven a mi casa”. “Trae alguna peli”. Enróllate con ella y muévele la cabeza hacia tu polla. No la llames durante días. O escribas, supongo. Nadie llama ya. No la escribas durante días. Y cuando lo hagas, que sea breve. “Ven a mi casa”. No salgas con ella en público. No te duches antes de que venga a verte. No la compres regalos ni flores, etc. No le des importancia cuando te la ligues; cuando la conozcas, se directo. Como con la chica gorda del bar. “Ven a mi casa”, “Sal fuera conmigo”. Ríete si dice algo gracioso y no lo hagas si no dice algo gracioso. Escucha si dice algo interesante y pasa de ella cuando no lo haga. Si quiere ir a algún sitio, ella conduce. Tú bebes. Cuando tus amigos pregunten sobre ella “—¿Quién es esa chica con la que pasas tanto tiempo?” Contesta en plan “—Eh… nadie. Una con la que quedo.”
El modo en el que tratas a las gordas es básicamente el mismo que empleas con la gente cuando eres honesto. De manera concisa. A los hechos. “Sal fuera conmigo” significa “ven a chuparme la polla al lado de un cubo de basura”. Dices esto a una gorda porque sabes que ella sabe exactamente lo que significa, y puede que diga que si, y si se ofende, a quién le importa. Pero esta debe ser tu actitud con todas las mujeres. Ellas saben lo que quieres, puede que digan que si, y si no lo hacen, ¿a quién le importa? Gran parte del juego es como planear un atraco a un banco para robar el Diamante de la Esperanza: negas, indicadores de interés, fase A1, C3, blablabla, echar polvo en el láser para poder esquivarlo y abrir la caja fuerte con un estetoscopio. A las gordas las tratas como si no te importasen, lo cual es lo más “alfa” que se puede ser.
Todos tenemos un modelo de comportamiento sobre cómo deberíamos tratar a todas las mujeres, pero sólo lo usamos con las que no nos parecen atractivas. Irónicamente eres más honesto, abierto y real con las mujeres que desprecias que con las que supuestamente valoras. Y la realidad es que todas ellas son “gordas”. Son gordas físicamente después de que te las hayas follado diez veces y te aburras. También son gordas mentalmente, ninguna podría hacer reír a una sala llena de gente si eso evitara que prendieran fuego a su familia. Si tuvieras que casarte con una tía buena te suicidarías a menos que te encante la validación de tus amigos y que le entren a tu chica. (…)
Compórtate de este modo siempre que puedas. Cuando entres a algún sitio no repares en ellas. (…) No seas mezquino, no seas cruel. ¿Cuándo lo eres con las gordas? Si te portas así con ellas eres gilipollas. Ni siquiera te fijas en las gordas. Hasta que no se ponen delante de tu cara son invisibles para ti. Hasta que no las necesitas para algo. Y entonces se lo pides directamente. Y cuando vas con ellas actúas de modo completamente indiferente y distante porque no te importan, y te escriben cada maldito día poniendo “cenamos sta noxe?”. Sin duda en algún horrible buffet del centro. Pero el modo en el que actúas con las gordas es alfa. No alfa de mentira, realmente alfa. Eres la persona con algo que la otra persona necesita, y por lo tanto con el control de la situación.
Es más fácil decirlo que hacerlo, lo sé. Ves a una chica muy mona y tus glándulas adrenales echan chispas y te hacen sentir igual que si acabaras de estar en un accidente de tráfico. Pero debes aprender a ver a las mujeres como realmente son. No son especiales. Sólo hay una mujer con caras distintas. Y esa mujer, tristemente, suele ser insegura, cruel, aburrida y bastante loca. Una gorda en su corazón. No vivirás feliz sabiendo esto, pero follarás más que un semental. Y eso es lo que cuenta, ¿verdad?
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