Facu Parra escribió:
Encuentren un solo movimiento de mujeres militantes y decididas a ser el sostén del hogar y mantener a un hombre materialista y habremos logrado la igualdad tan cacareada.
Vaya sentencia, Facu Parra. Decididas a ser el sostén ¿y por qué no la braga?.
Una de las peores vertientes de este hilo es la pataleta hispasónica: el nabo rancio de usuarios sacando a relucir el agravio por los privilegios perdidos.
El Feminismo nació como una reivindicación al hilo del sufragismo, movimiento que espero que no se cuestione (que me parece que por parte de alguno lo es). Si tiene algo de positivo este hilo, del que me he apartado en más de una ocasión, es ser una denuncia o un escaparate del esperpento de las idiotas o los idiotas que han llevado a su terreno (el de ser idiotas) argumentos plausibles.
Pero no se debiera caer en la misma idiotez, o en pronunciamientos tan categóricos y concluyentes. En mi caso, que no tengo un problema especialmente grave con los potorros, seguir persiguiendo (del mismo modo que lo practico desde el lado de la semántica) perseguir al idiota y hacer lo posible para que abandone el lado de la luz para regresar a las sombras que merece y que no dañan la apariencia del mundo, idiotas hembra incluidas, por supuesto.
Y es por eso que actualmente (desde hace unos dos años que es poco tiempo comparado con los quince que llevo aquí) ando muy preocupado con la feminización de las palabras y con algo que veo que afecta a uan gran cantidad de usuarios (nabos rancios de hueval colgandero).
Me refiero a la feminización de todo lo que rodea a los niños hombrecitos, una feminización que se sustancia en lo lingüístico, o sea que acaba formando parte del pensamiento (o rudimento de pensamiento) de mucho varoncito usuario de aquí, y es convertir nombres comunes que tienen forma masculina; pero que, siendo cosa debieran de estar precedidas por el artículo determinante lo, propio de las cosas o de lo abstracto y están precedidas por la.
Hay muchos ejemplos y se dan bastante más en los países hispanoamericanos.
Yo sospecho que el origen de ésto, tanto a este lado como al otro del atlántico) es la pervivencia de la figura de una madre protectora al servicio del principito, algo que por poco de acuerdo que se esté con la normalización y reparto justo de poder, debería ser vigilado y arrinconado; pero que se da: madres que aceptan un papel secundario dentro de la pareja y que acaban transmitiendo aquella supremacía dentro del hogar si hay algún hijo que ha de llegar más lejos, que sea el principito, si hay alguien al que se le consientan (cuando no celebren) correrías sexuales juveniles, al varoncito (a la hija un par de cachetes por puta), si hay un hijito que se ha de desarrollar antes un hijo
plodustol que una hija dj. y por supuesto, el varoncito que se haga hombre con papá yendo a dar patadas al balón con la equipacioncita del equipo de fútbol del padre y cabeza de familia (figura que todavía no se ha desterrado unida al hombre). Esposas-mamá perpetúan luego este veneno.
Esta semblanza va desdibujándose (en parte gracias al empeño de muchas y de algunos) horrorizadas por esta contribución tan efectiva al privilegio desigual, y tan injusto como causa de nuevos idiotas, El idiota no lo crea sólo la genética de los padres, sino la idiotez de los padres. Se que corresponde a hace veinte años atrás más bien, o eso pensaba; pero se mantiene todavía, más en Sudamérica, que es una sociedad más tradicionalista, y más unida a lo teleológico; pero sobre todo más dada a esa
uterización por vía materna como nexo firme (a veces el único) frente a una comprensión mágica y carente de rigor del mundo, al realismo mágico, tan dado en la literatura a la veneración de lo venéreo materno: el útero como prisma y asidero, la scarlett,
la interfaz, la pc.
En una acepción más de España, que de largo es lo que más me ocupa, la pervivencia del
madre no hay más que una y a ti te conocí en una rave.