Estas cosas, gamberras, despreocupadas , que agravian, un poco zafias; pero que nos hacían reír, con un punto entre la sátira social costumbrista y la payasada, ahora se descartan, no tanto porque estén pasadas; por no crear polémica por ofensas.
Humoristas haciendo de tías en telenovelas, a parte de que sea algo pasado de moda (no sería un fenómeno de actualidad), supondría ser algo ofensivo para un sector de agraviables al acecho.
La temática se estrecha: hemos entregado el relato a youtuberos y el resto de medios toman el modelo de ahí o de Instagram.
Quedan pocos payasos vestidos de calle, Broncano o Pablo Motos se rodean de graciosos y dan para lo que dan.
Broncano, que es más modernete, llama a Ignagtius Farray, a Pablo Ibarburu, y a Miguel Noguera y Buenafuente tiene a Berto Romero, Miguel Maldonado, Raúl Cimas, o hasta a su mujer alguna vez. Que, por cierto, chicas que hagan reír no hay muchas, Victoria Martín o Carolina Iglesias encarnan a una mujer desenfadada y deshinibida, joven y con distanciamiento de los dogmas.
No se si las tías han conquistado la risa o han tomado una cuota; pero reírnos, cada vez menos, igual es que hay poca predisposición a la risa, con lo de entretenimiento que es y lo buena que cuentan los médicos que resulta.
El problema, lo sombrío del asunto, no es que hayamos desenterrado esta hacha de guerra u otras (el marxismo enterrado cuando cayó el muro de Berlín por ejemplo); es que estamos llegando al fin de la película y el guión tenía fallos de
script, errores de
raccord, estaba construido por un manguitos sin luces, nos bastaba con follar algo, beber algo, comprar algún coche, adquirir algo de pensamiento (creencias inoculadas en su mayoría) y últimamente viajar como la santa compaña. La película, que es en capítulos para poderse emitir en una plataforma de emisión, se acaba porque ya se ha acabado el presupuesto, nos entran las prisas y no sale nada bueno de lo que no se ha acrisolado a su tiempo o en su momento, todo un esperpento, una caricatura mala de nosotros mismos, no hay espacio ni para lo chabacano ni la risotada, moriremos de asco y con mascarilla, que no se vean que sonrisas quedan pocas en las caras de las personas.
Telenovela Cha, ha,cha, Temblor de Bombacha, capítulo 02