The Real Klausmaria escribió:
en cristiano, un pedófilo en serie sale de la cárcel a los 4 años (la condena era reclusión indefinida) porque como se está hormonando para ser mujer ya no hay riesgo de que reincida.
Eso está a la orden del día, es una práctica muy habitual ahora mismo, yo mismo, después de pegarle una solemne paliza a mi señora por haberme limpiado las vitrinas donde guardo mi tesoro más preciado, mi colección de pelillos púbicos, fui detenido in situ y tuve que enfrentarme a penas durísimas por el agravante de género, entonces me acordé que cuando era joven tramité mi cambio de sexo y se me había olvidado recoger los papeles que formalizaban mi nueva situación, una vez recogido toda la documentación, tuvo que ir mi mujer a la capital porque en la provincia no hay delegación de género y una vez resuelto todo el papeleo me dejaron en libertad y hasta me pidieron disculpas por el error, el mismísimo ministro se acercó a las dependencias genéricas suplicando clemencia por la equivocación y me dieron un carné de impunidad y unas entradas para ver mujercitas en versión original, al cual agradecí aunque no supe lo que decían porque hablaban raro y me fui a mitad de la peli al sex shop que había al lado para gastarme parte de la indemnización. Con lo demás me compré una casa nueva más grande para poder ampliar mi colección de pelillos púbicos a la cual le han concedido desde la Unesco el título de patrimonio de la humanidad por su alto contenido cultural (tengo pelos púbicos de todos los tamaños, formas y colores, de los cinco continentes, hasta tengo una cana de una esquimal que se le cayó mientras cagaba cuando cazábamos osos polares, era blanco como la nieve, nunca sabré si era de ella, del guía albino que nos acompañaba o del oso pero a mí me hace ilusión pensar que era de ella y así lo filié).
Desde el principio lo vi claro, si el problema de la Ley es que agrava las penas por ser hombre, muy fácil, te haces piba oficialmente y ya está, a tomar por culo tó, ya lo decía mi amigo Mohamed, si la Mahoma no va a la Montaña la Montaña va a la Mahoma. Desde entonces, a parte de ser inmune a cualquier cuestión de género me hacen rebajas en las mechas de la pelu, entro en las discos sin pagar entrada y me invitan durante horas sin gastarme un solo euro, por no hablar de las rebajas fiscales y las ayudas para mi negocio de depilación que es la fuente habitual de todas las piezas de mi querido museo de arte púbico. Lo único que llevo fatal es el uso de tampones, no me caben, pero supongo que será cuestión de acostumbrarse como todo en esta vida.
A mi mujer le ha picado la curiosidad y ahora quiere hacerse hombre, yo la he desanimado porque sé perfectamente lo que significa ser hombre en los tiempos que corren, pero si al final formaliza su nueva situación la apoyaré porque es lo que ella quiere, digo él quiere, y de paso si me vuelve a tocar un solo pelillo certificado de mi colección la denuncio por maltrato psicológico y destrucción de bienes culturales de interés general y está vez tendré yo la sartén por el mango. Aunque no sabría que hacer sin ella, digo sin él, quién me iba a cocinar ese arroz con leche que tan rico le sale, quién me plancharía las faldas como lo hace de bien ella, a mí no me ha dado tiempo todavía a aprender a ser mujer, leo revistas y cotilleos pero todavía no le cojo el tranquillo, no sé ni maquillarme sin parecer al Joker, no sé hacerme el relleno y además necesito que alguien de confianza me vigile la entrada del museo cuando estoy ingresada de las múltiples intervenciones estéticas a las que me someto con el premio que gane a la mujer emprendedora el año pasado.
En fin, que el que se queja es porque quiere. Con los avances que hay hoy en día en todo los límites los pone una misma. Tengo pensado abrir museos y museas por todo el mundo y rivalizar con las colecciones de arte más importantes del planeta. Si me hubiera quedado llorando por mi condición de hombre no habría dado un paso tan importante. Desde aquí hago un llamamiento a todos los hombres de este país, no os lo penséis dos veces, haceros mujeres y tendréis todos vuestros problemas resueltos. Eso sí, acostumbraros a ir siempre rodeadas de moscones pesaos y babosos, es de las pocas cosas que hay que transigir, es difícil encontrar un momento de soledad porque salen de debajo de las piedras los muy plastas, pero al final te acostumbras. Al principio se me hacía raro tener que mear o cagar delante de un señor que no conoces de nada pero con el tiempo se acostumbra una a todo y toda y ahora hasta me da igual dormir con cinco o seis en la alcoba mirándome toda la noche.
Ah, por cierto, no os traguéis las hormonas, haced como yo, os colocáis la cápsula debajo de la lengua y cuando el funcionario de género mira para otro lado la escupís, que todo esto es para driblar la ley no para cambiarse de verdad de sexo, no os vaya a pasar como a un amigo mío que era barítono en la orquesta machirula de Berlín y le ha subido una octava el tono, le han despedido y no encuentra trabajo, hizo un par de entrevistas para hacer un video con lo de “el violaó ere tú” para sacar partido a su nueva voz de pito pero no le cogieron por pasar el test de inteligencia, tener demasiado pelo en las piernas y estar fofo, ya ves tú, cuidadín con eso.