#1479 Me gusta que razones así porque me das la oportunidad de contraargumentar. Te contestaré de forma sucinta: al margen de que los cristianos hayan cometido tropelías, una cosa son los seres humanos y otra la doctrina que, al menos nominalmente defienden: el mensaje de Cristo está en las antípodas de toda violencia, conquista por la fuerza, abuso, segregación y martirio por cualquier razón. El mensaje de Cristo se basa en la fraternidad, en el amor al prójimo. Creo que sólo basta poner un ejemplo: aún hoy, en el siglo XXI se siguen lapidando mujeres en países musulmanes. ¿Sabes cómo Cristo salvó de la lapidación a una mujer a la que acusaban de adúltera? Dijo: "Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra" y se puso a escribir algo en el suelo. Todos fueron soltando las piedras y se retiraron. Mahoma es un profeta (verdadero o falso, eso allá la conciencia de cada uno). Pero Cristo no sólo profetizó, sino que además, en las escrituras se afirma que es el Hijo de Dios ¡Por eso es Misericordioso ! y Él mismo decía: "Cuando yo vaya al Padre". Mahoma fue un líder religioso, pero también político y militar. Cristo nunca tuvo ni buscó el poder político, sino que le dijo a Pilato: "El poder que tú tienes procede de otro". Cristo predica el perdón, la misericordia y el amor incluso a los enemigos, el jihadismo mata inocentes, ancianos, mujeres y niños. Y así, podría seguir y seguir.
Tienen razón los que dicen que el número de musulmanes que han condenado los atentados recientes es escaso y con escasa contundencia. Yo me esperaba, ingenuo de mí, más contundencia. Pero ¿cómo esperar contundencia contra la lucha sin cuartel del ojo por ojo y diente por diente? Es el odio y el resentimiento lo que mueve a los islamistas radicales. Pero, radicales o no, al fín y al cabo no son "infieles", como las víctimas de Barcelona y la de Cambrils, entre ellas un niño de tres años o poco más.
Ya está bien. O el islam se reforma o no podrá contenerse la pulsión islamófoba, tal como está ocurriendo en Francia.
Tienen razón los que dicen que el número de musulmanes que han condenado los atentados recientes es escaso y con escasa contundencia. Yo me esperaba, ingenuo de mí, más contundencia. Pero ¿cómo esperar contundencia contra la lucha sin cuartel del ojo por ojo y diente por diente? Es el odio y el resentimiento lo que mueve a los islamistas radicales. Pero, radicales o no, al fín y al cabo no son "infieles", como las víctimas de Barcelona y la de Cambrils, entre ellas un niño de tres años o poco más.
Ya está bien. O el islam se reforma o no podrá contenerse la pulsión islamófoba, tal como está ocurriendo en Francia.