Emilio Galsán escribió:
Pero mofarse de Cristo y del cristianisno es algo normal
Lo que tú tal vez interpretas como una mofa, y como una falta de respeto, tal vez para muchos es una expresión de repulsa hacia una religión basada en el miedo (amor al prójimo pero con Armaggedon de regalo en el pack). No vamos a debatir aquí, lo que históricamente ha representado el cristianismo para el ser humano....Guerras, retrasos científicos, genocidios, y luego un poquito de filosofía sobre poner la otra mejilla. Resultaría redundante discutir aquí el papel instrumental de la religión cristiana (la del 99% de religiones, especialmente monoteístas) como reguladora y manipuladora de la mente de la plebe...
Y que sí, que el problema es la humanidad que no supo interpretar las escrituras y tal, pero el dato objetivo de todo esto es que ese tipo de teorías pseudocientíficas, pensamiento mágico y demás, han sido perfectos como caldo de cultivo para que la carne de cañón dispusiera de algún tipo de esperanza ante una vida pobre y desdichada... de lo contrario tal vez no habrían cogido una espada, o no hubieran estado dispuestos a seguir silenciosamente los dogmas que les imponía el amo... esclavos de intereses más elevados, la historia de la humamidad con diferentes rostros dependiendo de contexto histórico.
Actualmente, y ya más moderada (ha costado lo suyo visto históricamente) el cristianismo tiene un papel amortiguador, que puede resultar bastante beneficioso para los engullidos por la culpa, el remordimiento, el vacío existencial, o el simple aburrimiento, ... mientras que como institución en la tierra, (el vaticano por ejemplo) sigue acumulando riquezas y fomentando la misma hipocresía de siempre.
Las ideas delirantes (entre las que incluyo algunas pregonadas por el cristianismo) son un mecanismo de defensa que permite mitigar nuestra incapacidad de afrontamiento ante las pérdidas y la sinrazón. Sin embargo los viajes a ninguna parte, o las huídas hacia adelante, son bastante improductivas mentalmente... una terapia paliativa sin solución ni final feliz alguno.
Hay que respetar las creencias de todo el mundo, y los insultos en este sentido retratan los modales del que los ejerce, pero un poco de ironía fina y de humor negro, no vienen mal para combatir el influjo de tanta superstición.