Hard philosophy

Black Horse
#1231 por Black Horse el 29/04/2013
Bueno, como el tema también lo estamos hablando en el hilo de "Soft Theology" le contesto lo mismo que he escrito allí hace 18 minutos:

Absoluta es aquello que no es relativo a nada, que corresponde al ser en cuanto ser.
Todo ente (todo lo que es) en cuanto es, es verdadero, y en cuanto verdadero, es absoluto. Pero el ente considerado en sí mismo, no en cuanto es, sino en sí mismo es relativo, contingente y finito… Todo lo que sucede en cuanto ES sucedido, es absoluto. En potencia podemos agotar todo el conocimiento del suceso, pero en acto sólo podemos "captar" ciertos aspectos….
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Black Horse
#1232 por Black Horse el 29/04/2013
El ser existe fuera de la mente, pero el ser conocido está dentro de la mente, como concepto.
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Black Horse
#1233 por Black Horse el 29/04/2013
La verdad (*) es la adecuación de la mente a la realidad.

Pero si quisiéramos ajustar más correctamente, la definición sería: La verdad es la adecuación de la mente al ser.

________________________

(*) No me refiero a "LA Verdad"
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Black Horse
#1234 por Black Horse el 29/04/2013
Bueno yo sólo expongo lo que creo, no para que usted lo crea.

¿Usted qué cree Ramos681?
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p@coReina
#1235 por p@coReina el 30/04/2013
ramos681 escribió:
-La realidad es subjetiva, es distorsionada totalmente por la mente.


...¿donde estabas todo este tiempo? a punto han estado de crucificarme las oscuras fuerzas neopositivistas que andan por aquí...por decir cosas mucho menos osadas que esa...ándate con ojo y desconfía de todos menos de aquel que siempre va trompado, nada es lo que parece.

(es que acabo de ver juego de tronos y me apetecía hablar en un tono legendario)
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Gracias a todos
#1236 por Gracias a todos el 30/04/2013
:mrgreen:
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supertorpe
#1237 por supertorpe el 30/04/2013
ramos681 escribió:
-La realidad es subjetiva, es distorsionada totalmente por la mente.


Supongo que te refieres a "Nuestro modelo mental de la realidad es subjetivo, es distorsionado totalmente por nuestra mente", lo cual es casi una tautología. ¿O quieres decir que, por ejemplo alpha-centauri es distorsionado por la mente de unos primates evolucionados denominados humanos?
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Black Horse
#1238 por Black Horse el 30/04/2013
"Si todo pudiera explicarse mediante la palabra, tarde o temprano acabaríamos con el mundo." Henry Moore,
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Gracias a todos
#1239 por Gracias a todos el 30/04/2013
Si todo el mundo fuera en coche, yo me haría millonario.

Henrry Ford T
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Jose Maria Bordes
#1240 por Jose Maria Bordes el 30/04/2013
The Pilgrim escribió:
¿donde estabas todo este tiempo? a punto han estado de crucificarme las oscuras fuerzas neopositivistas que andan por aquí...por decir cosas mucho menos osadas que esa...ándate con ojo y desconfía de todos menos de aquel que siempre va trompado, nada es lo que parece.


Sin rencores pilgrim :birras:

The Pilgrim escribió:
desconfía de todos
Me transmite mas confianza el que me dá su opinión, aunque sea dura, que el que se la calla :paletas:
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p@coReina
#1241 por p@coReina el 30/04/2013
acid_cheese escribió:
Sin rencores pilgrim


:birras: Prefiero la furia que la abulia*

*Otra frase tan legendaria como tonta, de mi propia cosecha.
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Emilio
#1242 por Emilio el 01/05/2013
El ser siempre es el ser del ente (Heidegger)

El ser inmediato e indeterminado es idéntico a la nada (Hegel)

No hay ser sin ente. El ser está determinado por el ente. Lo ontológico es siempre entitativo. De manera que no podemos hablar del ser si no nos referimos al ente: lo onto es siempre lo onto del ente.

Hay una diferencia entre ser por sí mismo de un ente y ser por otro. Un ente siempre lo es por otro salvo una Excepción que es por sí mismo.

Y ya sé que la metafísica no os interesa. Pero es solo por incordiar un poco... Adivina adivinanza... :comer: :satan:
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Gracias a todos
#1243 por Gracias a todos el 01/05/2013
No es que no me interese, hablo por mí; pero me aburren las frases lapidaria y las grandes afirmaciones; Lo creo que la negación está demasiado minusvalorada; y también el no pronunciarse tanto, el no tener que dar soluciones, todo eso que decía Susana (digo yo que e llamará Susana y será un robusta e inocente rubia de las montañas de Vermont) de la verdad y de la bondad como idea conjunta y finalidad cognitiva.
A quién le importa algo más que el placer a corto plazo, lo epicúreo, si la vida es un sueño, o, en el mejor de los casos una experiencia cruelmente corta y a menudo dolorosa.
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supertorpe
#1244 por supertorpe el 01/05/2013
A colación de Hegel...

Sobre Hegel y Marx, según Bertrand Russell

Alguien escribió:
Los filósofos afirmaron haber descubierto una fórmula de progreso que
demostraba que el mundo se tornaba gradualmente más y más de su agrado.
La receta para una filosofía de este tipo es sencilla. El filósofo
decide previamente cuáles son las características del mundo existentes
que le proporcionan placer y cuáles las que le desagradan. Luego, por
medio de una cuidadosa selección de los hechos, se convence a sí mismo
de que el universo está sometido a una ley general que conduce a un
aumento de lo que le resulta placentero y a una disminución de lo que le
es odioso. A continuación, habiendo formulado su ley de progreso, se
dirige al público y dice: "Es fatal que el mundo se desarrolle como yo
digo; por lo tanto, los que quieran estar en el bando triunfador y no
deseen librar una guerra infructuosa contra lo inevitable, se unirán a
mi partido". Los que se oponen a él son condenados como antifilosóficos,
anticientíficos y pasados de moda, en tanto que los que están de acuerdo
con él se sienten seguros de la victoria, puesto que el universo está de
parte de ellos. Al mismo tiempo, el bando triunfador, por motivos que
permanecen un tanto oscuros, es presentado como el bando de la virtud.
Quien primero desarrolló por completo este punto de vista fue Hegel. La
filosofía de Hegel es tan extraña que nadie habría podido esperar que
lograse hacer que hombres cuerdos la aceptasen; pero lo logró. La
expresó con tanta oscuridad que la gente pensó que debía de ser
profunda. Puede ser fácilmente explicada con lucidez en palabras
sencillas, pero en ese caso su absurdidad se torna palmaria. Lo que
sigue no es una caricatura, aunque, desde luego, los hegelianos
sostendrán que lo es.
La filosofía de Hegel, en esbozo, es como sigue. La realidad real carece
de tiempo, como en Parménides y Platón, pero existe asimismo una
realidad aparente, que consiste en el mundo cotidiano en espacio y
tiempo. El carácter de la realidad real sólo puede ser determinado por
la lógica, puesto que existe una sola clase de realidad posible que no
sea contradictoria en sí misma. Esto es denominado la "Idea Absoluta".
De la cual da la siguiente definición: "La Idea Absoluta. La idea, como
unidad de la Idea subjetiva y objetiva, es la noción de la Idea -una
noción cuyo objeto es la Idea como tal, y para la cual el objetivo es la
Idea-, un Objeto que abarca todas las características en su unidad".
Lamento tener que estropear la luminosa claridad de esta frase con un
comentario, pero, en rigor, lo mismo podría ser expresado diciendo: "La
Idea Absoluta es pensamiento puro pensando acerca del pensamiento puro".
Hegel ha demostrado ya a su satisfacción que toda Realidad es
pensamiento, de lo cual se sigue que el pensamiento no puede pensar en
otra cosa que en el pensamiento, puesto que no existe otra cosa acerca
de la cual pensar. Algunos podrían encontrar esto un poco aburrido;
podrían decir: "A mí me gusta pensar en el Cabo de Hornos y en el Polo
Sur y en el monte Everest y en la gran nebulosa de Andrómeda; me agrada
meditar sobre las edades en que la tierra se enfriaba mientras el mar
hervía y los volcanes surgían y desaparecían entre la noche y la mañana.
Opino que su precepto de que debo llenarme la mente con las
lucubraciones de profesores barajadores de palabras es intolerablemente
majadero, y, de veras, si ése es el 'final feliz' que me ofrecen, no veo
que valiese la pena abrirme paso a través de toda la verborrea que le
llevó a él". Y con tales palabras dirían adiós a la filosofía y vivirían
dichososo por siempre jamás.
Pero si le damos la razón a esas gentes, estaremos haciéndole a Hegel
una injusticia, Dios no lo permita. Porque Hegel haría observar que, si
bien el Absoluto, como el Dios de Aristóteles, no piensa jamás sino en
sí mismo porque sabe que todo lo demás es una ilusión, nosotros, que
estamos obligados a vivir en el mundo de los fenómenos como esclavos del
proceso temporal, viendo solamente las partes y aprehendiendo sólo
vagamente el todo en momentos de discernimiento místico, nosotros,
ilusorios productos de la ilusión, estamos obligados a pensar como si el
Cabo de Hornos existiese por sí mismo yno meramente como una idea de la
Divina Mente. Cuando pensamos que pensamos en el Cabo de Hornos, lo que
en realidad sucede es que el Absoluto tiene conciencia de un pensamiento
cabo-hornesco. En verdad tiene tal pensamiento, o más bien tal aspecto
del único pensamiento que intemporalmente piensa y es, y ésa es la única
realidad que corresponde al Cabo de Hornos. Pero como no podemos llegar
a tales alturas, lo hacemos lo mejor que podemos al pensar en el Cabo en
la vulgar forma geográfica.
Pero, podría preguntar alguien, ¿qué tiene que ver esto con la política?
A primera vista, quizá, no mucho. Para Hegel, sin embargo, la relación
resulta evidente. De su metafísica se sigue que la verdadera libertad
consisten en la obediencia a una autoridad arbitraria, que la libertad
de palabra es un mal, que la monarquía absoluta es buena, que el estado
prusiano era el mejor que existía en la época en que él escribió, que la
guerra es buena y que una organización internacional para el arreglo
pacífico de las disputas sería una desgracia.
Es posible que algunos de mis lectores no entiendan de inmediato cómo se
siguen esas consecuencias, de modo que espero que se me perdone si digo
algunas palabras en cuanto a los pasos intermedios.
Aunque el tiempo es irreal, la serie de apariciones que constituyen la
historia tiene una curiosa relación con la Realidad. Hegel descubrió la
naturaleza de la Realidad gracias a un proceso puramente lógico llamado
"dialéctica", que consiste en descubrir contradicciones en las ideas
abstractas y corregirlas haciéndolas menos abstractas. Cada una de tales
ideas abstractas es concebida como una etapa en el desarrollo de la
"Idea", y la última etapa es la "Idea Absoluta".
Cosa rara, por algún motivo que Hegel jamás divulgó, el proceso temporal
de la historia repite el desarrollo lógico de la dialéctica. Podría
pensarse, puesto que la metafísica pretende regir para toda la Realidad,
que el proceso temporal que la sigue paralelamente tiene que ser
cósmico, pero no hay tal cosa: es puramente terrestre, se limita a la
historia documentada y (por increíble que ello pueda parecer) a la
historia que Hegel conocía. Distintas naciones, en distintas épocas, han
encarnado las etapas de la idea que la dialéctica alcanzó en tales
épocas. De China, Hegel sólo sabía que 'era'; por lo tanto, China
ilustraba la categoría de simple Ser. De la India sólo sabía que los
budistas creían en el nirvana, de modo que la India ilustraba la
categoría de Nada. Los griegos y los romanos avanzaron bastante en la
lista de categorías, pero todas las últimas etapas han sido dedicadas a
los alemanes, quienes, desde los tiempos de la caída de Roma, han sido
los únicos portaestandartes de la Idea y, ya en 1830, estaban muy cerca
de comprender la Idea Absoluta.
Para cualquiera que todavía albergue la esperanza de que el hombre es un
animal más o menos racional, el éxito de este fárrago de disparates debe
parecer sorprendente. En la época de Hegel, su sistema era aceptado por
la mayor parte de los jóvenes alemanes académicamente educados, cosa que
quizá se explique por el hecho de que dicho sistema halagaba la
autoestima alemana. Pero es más sorprendente el éxito que alcanzó fuera
de Alemania. Cuando yo era joven, la mayoría de los profesores de
filosofía de las universidades inglesas y norteamericanas eran
hegelianos, de modo que, hasta que leí a Hegel, supuse que debía de
existir alguna verdad en su sistema; pero me curé cuando descubrí que
todo lo que decía acerca de la filosofía de las matemáticas era un puro
desatino.
Lo más curioso de todo fue su efecto sobre Marx, quien adoptó algunos de
sus dogmas más fantásticos, especialmente la creencia de que la historia
se desarrolla según un plan lógico y trata, como la dialéctica puramente
abstracta, de encontrar formas de evitar la contradicción interna. En
una gran parte de la Tierra, uno puede ser eliminado si pone en duda ese
dogma, y eminentes hombres de ciencia occidentales, que simpatizan
políticamente con Rusia, muestran su simpatía utilizando la palabra
"contradicción" en formas que no puede aprobar ningún lógico que se
respete.
Al buscar una relación entre la política y la metafísica de un hombre
como Hegel, debemos contentarnos con ciertas características sumamente
generales de su programa práctico. El que Hegel glorificara a Prusia fue
un poco accidental; en sus años de juventud había admirado ardientemente
a Napoleón, y sólo se convirtió en un patriota alemán cuando llegó a ser
un funcionario del estado prusiano. Aun en la última forma de su
Filosofía de la Historia, sigue mencionando a Alejandro, César y
Napoleón como hombres lo bastante grandes para tener derecho a
considerarse liberados de las obligaciones de la ley moral. Lo que su
filosofía le constreñía a admirar no era Alemania en contraposición con
Francia, sino el orden, el sistema, la regulación y la intensidad de la
fiscalización gubernamental. Su deificación del estado habría resultado
igualmente escandalosa si el estado en cuestión hubiese sido el
despotismo de Napoleón. Según su opinión, él sabía qué necesitaba el
mundo, aunque no lo supiesen la mayoría de los hombres; un gobierno
fuerte podría obligar a los hombres a actuar para bien, cosa que jamás
podría lograr la democracia. Heráclito, con quien Hegel estaba
profundamente en deuda, dice: "Todos los animales son arreados a golpes
hacia el pastizal". Sea como fuere, no nos olvidemos de los golpes; el
que lleven o no hacia el pastizal es cosa de menor importancia (excepto,
claro está, para "los animales").
Es evidente que un sistema autocrático, tal como el propugnado por Hegel
o por los actuales discípulos de Marx, sólo es teóricamente justificable
sobre la base de un dogma indiscutido. Si se sabe con seguridad cuál es
el propósito del universo en relación con la vida humana, qué ocurrirá y
qué es bueno para la gente, aunque ésta no opine lo mismo; si se puede
decir, como lo hace Hegel, que su teoría de la historia es "un resultado
que yo conozco, porque he recorrido todo ese campo"..., entonces se
sentirá que ningún grado de coerción es demasiado grande, siempre que
conduzca a la meta.
[...]
Marx tomó de Hegel la creencia en la dialéctica, es decir, en el
desarrollo lógico por tesis, antítesis y síntesis demostrado en el curso
de la historia humana y no sólo en el pensamiento abstracto. Para Hegel,
que se encontraba a la cabeza de su profesión y era reverenciado por sus
compatriotas, resultaba posible considerar el estado prusiano como la
meta hacia la cual habían tendido todos los esfuerzos anteriores; pero
para Marx, pobre, enfermo, en el exilio, era evidente que el mundo no es
todavía perfecto. Otro giro más de la rueda dialéctica -es decir, una
revolución más- sería necesario para alcanzar el milenario No puede
caber duda alguna de que esa revolución ocurrirá, porque Marx, como
Hegel, considera la historia como un proceso lógico, de modo que sus
etapas son tan indudables como la aritmética. Así, la fe y la esperanza
encuentran su lugar en la doctrina marxista.
[...]
Emocionalmente, la creencia en la dialéctica hegeliana, cuando existe en
aquellos cuya situación actual es desdichada, es análoga a la creencia
cristiana en el Segundo Advenimiento; pero su supuesta base lógica le
proporciona un asidero sobre la cabeza así como sobre el corazón. Su
asidero sobre la cabeza es puesto en peligro, no tanto por el prejuicio
burgués como por el talante científico empírico, que se niega a suponer
que podemos saber del universo tanto como los metafísicos suponían.
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juan valero 60
#1245 por juan valero 60 el 01/05/2013
supertorpe escribió:
Así, la fe y la esperanza encuentran su lugar en la doctrina marxista.


y la caridad es sustituida por la justicia social.
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