Retomo este hilo, que me parece más inocente, menos tramposo, y menos de política, que otros que andan por aquí todos oportunos; pero no tan pacíficos.
Hoy he hablado un rato con un pobre, a través de la ventanilla del coche, era de los míos, de los nuestros, no se la he cerrado como a los albaneses y albanesas acostumbrados a malvivir siempre a robar y a invadir la privacidad de los demás impiándote con malos modos el cristal: un tío de algo menos que mi edad, con un aspecto más humilde, más de la España rural venido aquí hace 40 años, de niño (son conjeturas pues la conversación ha sido telegráfica), un obrero sin trabajo, bien plantado, correctamente vestido, un señor de cuarenta y bastantes años con dos hijos, con pocas esperanzas y que ha perdido el trabajo, estaba pidiendo, sin los harapos de los cojos importados del este o de los gitanos, también del este; éste era de los míos, sí, más cercano, de mi país, un asalariado cuya empresa cerró. Estaba en el cruce de la carretera de Villaverde a Leganés, cerca del puente de la Autovía a Toledo, pedía y no daba la lata, no le quedaba otra que pedir; quizás, la silueta cercana de la acería Aristrain, recientemente Acelor y ahora cerrada, era su empresa: tétrico.
No hay muchas esperanzas por más que si recotes que si pollas, él lo sabía que iba a pedir y yo lo se que mendigo también cuatro duros entre zoombies.
Aquí cerca, esta foto la subí ya en el hilo de la
belleza del mal:
