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Sí, yo también soy republicano, estando hasta los cojones del tema identitario, futuro de Cataluluña, en fin, de cualquier asunto que concierna a sus grados de independencia de mi país, y estándolo en gran parte por medio de este hilo, me reafirmo en mi preferencia estatalista y centralista, y, para que no se me confunda con Madrileñista, comunidad, por la que, junto con otras tantas (no necesariamente políticas) no profeso mayor devoción ni aprecio, sustituyamos centralista por gubernamentalista. Sí, lo propio de la República es ser una y ser fuerte (grande y libre se proclanaba en el antiguo réginen, no veo porqué no incluirla en mi paradigma).
Otra cosa es que la mayoría de las veces, a lo largo de mi larga participación en este hilo, no se porqué esteril, falta de eco, e inocua participación, la mayoría de las veces con ánimo moderador y asertivo, haya prevalecido mi condición liberal, según la cual prevalece el derecho de las sociedades a regirse en contra de cualquier absolutismo, oligarquía, imposición o pacto en falso, estando frecuentemente en contra de tu extraño enroque españolista; pero, no, veo que en realidad defendemos ideales, al menos, cercanos, y, si tengo que elegir, elijo estado, claro que otro distinto en mucho al actual; pero estado.
Si se quieren autoproclamar, que hagan lo que les venga en gana, eso sí con todas las consecuencias, que sean ejemplo, de serlo de algo, de evasivos (el derecho, ya digo, se lo reconozco, me sobra la sanción de tribunales en los que, como poco, desconfío).
He reconocido, no una; decenas de veces, que comprendo que España, entre tantas cosas en la que la ha cagado, la ha cagado con Cataluña, secularmente y de forma reiterada, desconfianza, desatino, desprecio; pero para ennendar las cosas, en la actualidad, no se necesitan más que semanas y de parte del gobierno central veo torpeza y falta de talla; de parte de, según veo, y tanto recalcáis incluso el moderador más activo de esta comunidad hispana, amplios sectores de la sociedad catalana, una previsible e irrefrenable voluntad no sólo de aclarar por alguna vía rocambolesca (más que plebiscitaria, sin duda, culpa del Estado central); si queréis permanecer junto a los de mi estado.
¿Quiénes son éstos, los míos?, preguntantándoselo el adalid del desprecio y el distingo, pues hasta los que deprecio, pero que no me desprecien y desconfíen de mí por no ser de ellos.
Volviendo a lo troncal de mi discurso ab initio, es que creo, fariseismos, adendas contemporáneas pseudo progres y demás aditamentos al gusto, al margen, que esta aventura me excluye y excluye en gran número a los españoles y a los usuarios de esta web, a los simplones que sienten confortada su existencia por pilotos catalanes que han ganado mundiales para la España que ellos perciben, o para dar contenido y horizonte al hispasonic que ellos les gusta, es normal, en libertad no hay que forzar las cosas, se van sustanciando.
Y vuelvo a mí eje argumental, vuelvo a nosotros, a nuestro, y, mira, yo también soy víctima de engaño y disgusto, abomino, por esto y por muchas, demasiadas frases que identifican con mayor o peor acierto mi identidad a lo largo de quizás demasiadas intervenciones (cerca de 44.000, sí excesivas, por fuerza ha de haber morralla) de España y me declaro leal a la República, claramente preferiría ser francés.
Si alguno lee esta contestación, particularmente dirigida al usuario JV60, el que suscribe con un mira que es raro todo, no que se lo piense antes de contestar, agradeceré que no lo haga, o, de hacerlo, que lo haga s Gegel de Crimea, el de que todo es lo que parece, y, si no, parecido.