Los límites del patriotismo. Identidad, pertenencia y
“Ciudadanía mundial”
Martha C. Nussbaum
Patriotismo y cosmolitismo
(...)
Cuando Diógenes el cínico respondió «soy ciudadano del mundo» quiso decir,
aparentemente, que se negaba a ser definido por sus orígenes locales y su
pertenencia grupal, unos elementos que resultaban centrales para la imagen que
de sí mismo tenía el hombre griego tradicional. En vez de ello, Diógenes se definió
a partir de unas aspiraciones y preocupaciones de carácter más universal. Los
estoicos, seguidores de Diógenes, desarrollaron su imagen del
kosmou polités
(ciudadano del mundo), aduciendo que cada uno de nosotros habita en dos
comunidades: la comunidad local en la que nacemos, y la comunidad de
deliberación y aspiraciones humanas que «es verdaderamente grande y
verdaderamente común, en la que no miramos esta esquina ni aquella, sino que
medimos las fronteras de nuestra nación por el sol» (Séneca,
De otio). Ésta es la
comunidad de la que, básicamente, emanan nuestras obligaciones morales. Por lo
que se refiere a los valores morales más básicos, como la justicia, «Debemos
considerar a todos los seres humanos como nuestros conciudadanos y
convecinos» (Plutarco,
De Fortuna Alexandri). Debemos considerar que
nuestras deliberaciones tratan, básica y fundamentalmente, de los problemas
humanos de las personas en determinadas situaciones concretas, no sobre los
problemas que surgen de una identidad nacional que es absolutamente distinta de
la de los demás. Diógenes sabía que la invitación a pensar como ciudadano del
mundo era, en cierto sentido, una invitación a exiliarse de la comodidad del
patriotismo y de su sentimentalismo fácil; a considerar nuestros propios estilos de
vida desde el punto de vista de la justicia y el bien. El accidente de dónde se ha
nacido no es más que esto, un accidente; todo ser humano ha nacido en alguna
nación. Una vez admitido esto, sostenían sus sucesores estoicos, no debemos
permitir que diferencias de nacionalidad, de clase, de pertenencia étnica o incluso
de género erijan fronteras entre nosotros y ante nuestros semejantes. Debemos
reconocer la humanidad allá donde se encuentre, y conceder a sus ingredientes
fundamentales, la razón y la capacidad moral, nuestra mayor lealtad y respeto.
http://www.fesamericacentral.org/files/fes-america-central/actividades/costa_rica/Actividades_cr/160806_Modulo4_AdC/Patriotismo%20y%20cosmopolitismo.pdf