En Murcia, eso de que no se nos entiende cuando hablamos lo utilizamos para despreocuparnos aún más de nuestra forma de hablar; incluso estamos orgullosos de cortar palabras y no utilizar casi las eses; lo de acho y pijo es ya un rasgo de identidad y el que nos tomen por idiotas, si nos dan ayudas y subvenciones hasta es obligatorio; lo van a poner en los colegios. Hacerse el tonto es un arte y funciona muy bien en la Administración, si lo haces de forma sistemática terminan haciéndote jefe de algo.
Hacerse la víctima es muy ventajoso también con determinadas mujeres, las que tengan una tendencia maternal más profunda. Incluso llorar en medio de una conversación te puede resultar ventajoso, haciendo aflorar un sentimiento que enternece y consigue adhesiones.
Todo esto ya lo pensaron los antiguos griegos.