Extupenda...y unos buebos colganderos que pa qué...
Bueno, también tuve mi época vegetariana. Vivíamos unos cuantos en un piso y como la cocina terminó llena de cucarachas, que te toca a ti, que no que a ti... decidimos irnos juntos a comer a un restaurante muy barato que había en el barrio. Cuando hacíamos tiempo esperando a estar todos, tomando cada uno una caña, el jefe de barra llegaba y nos decía -¿no quieren tomarse una tapita de albóndigas? El primer día picamos y luego las cobró, claro, ¡vaya canalla! sabía que no teníamos un duro pero todos los días llegaba con la misma canción -¿no quieren tomarse una tapita de gambas? Al final algunos empezamos a ir de vez en cuando a un restaurante indio que hacían menús vegetarianos pero como era más caro lo dejamos. Yo empecé a alimentarme de unos dulces de bizcocho y mermelada de gofio muy baratos que llamaban mata hambres.Una compañera, la única chica que teníamos en el piso, se alimentaba de los chicles que robaba en el super cuando iba a hacer la compra. Estábamos guapísimos, tan delgados. Fue una gran época, si, aquella. Las verduras entonces eran más baratas que la carne, no como ahora que reciclan los residuos para dárselos de comer otra vez al ganado y, claro, es más barata.
A ver, jolín. Un insigne nutricionista asturiano, por mas señas, Francisco Grande Covián afirmaba que el secreto de una buena alimentación es comer en cantidad y variedad adecuadas y que lo único que no engorda es lo que queda en el plato. Igual que el secreto de tocar bien la guitarra es tocar lo necesario para conocer muchas formas distintas de tocar. Todas esas historias de la excelencia de determinados productos o elaboraciones "pata negra" son, en mi opinión, maneras de extender el arco de un mercado que se enfrenta a la despiadada industria alimentaria tantas veces en manos de auténticos negreros. Punto. Y todo ese montaje de la restauración corre a la par del de esas obras de arte que no están en los museos y son solo para ricachones o del de esos coches lujosísimos para ociosos estresados.
Vamos,la etiqueta que se le va a pòner a tobillo del chon va a valer para que le gente deposite toda su confianza en la etiqueta...me recuerda bastante a lo de las jaulas con las gallinas para subir el precio de los huevos... si hemos estado alardeando de aceite de oliva como nacional que se vende a precio de perfume parisiano en china mientras tomamos aceite de oliva con antologia arabica...
Baneado
Lo del aceite de oliva merece un post aparte. Como me dijo un amigo de una cooperativa de oliveros, el precio del aceite del mercadona a veces está por debajo de su precio de compra. ¿Subvenciones tapadas? De hecho me puso el ejemplo de que llegado el caso podías comprar ese aceite en el supermercado, rellenar una cisterna y volver a vendérselo ganando dinero.