Buenos días.
Lo primero, aclarar que no hace falta decir “timbales cromáticos”, pues todo instrumento moderno profesional lo es. La posibilidad de cambiar rápidamente de nota (empleando diferentes métodos) ya era relativamente común en el s. XIX, así que podemos entender perfectamente si simplemente se les nombra como timbales (es como si dices: "voy a levantar un edificio mezclando el cemento en una hormigonera". Se supone que a estas alturas los obreros no hacen la pasta romoviéndola con un palo, ¿no?
. Pues con los timbales igual: hace mucho que se les presupone su "cromaticidad").
Antes de seguir, conviene hablar un poco del set que normalmente se utiliza en las orquestas. Un juego de cuatro es lo mínimo para poder tocar con solvencia el gran repertorio, añadiéndosele un quinto para notas agudas. Ninguna orquesta seria tendrá menos que esto; es más, es rara la agrupación que no tiene varios juegos de timbales, pues es práctica común utilizar diferentes instrumentos dependiendo de la música que se toque.
La medida estándar para el juego de cuatro es (hablando en pulgadas de diámetro y de grave a agudo) 32, 29, 26 y 23, quedando el píccolo en 20. Los americanos, prefieren medidas más pequeñas (31, 28, 25 y 23), y muchos ingleses, influidos por Kurt Hans Goedicke (unos de los timbaleros contemporáneos más legendario, influyente y respetado), usan medidas de 32, 32, 29 y 26.
La extensión del timbal grave abarca desde un Re con una línea adicional por debajo del pentagrama en clave de Fa hasta un Sib o Si. El segundo timbal va desde un Fa hasta un Re, el tercero desde un La o Sib hasta un Fa. El cuarto puede abarcar desde un Re hasta un La, Sib. El timbal píccolo se usa cuando son necesarias varias notas agudas (puede llegar hasta un Si, y apurando, hasta un Do). Todo lo referente al rango del timbal, se verá modificado dependiendo de la marca, modelo, tipos de parche, condiciones de humedad y temperatura…
Respecto a tu parte, es necesario saber si estás componiendo para un grupo específico que no dispone más que de dos timbales, o lo estás haciéndolo “en general”, sin tener en cuenta quién lo va a tocar. En el primer caso, es importante saber de qué medidas dispone el instrumentista, pues dependiendo de ello, se podrá tocar o no.
El Mib es una nota muy grave, relativamente rara en la literatura para timbal, y necesitarás tener un 32 para poder tocarla. Por otra parte, siento decir que los redobles y los pasajes rítmicos sobre esa nota no van a funcionar: va a sonar todo muy embarullado por culpa de ser una nota muy grave; además, conseguir la articulación necesaria será complicado debido a la poquísima tensión que tiene el parche. Las notas graves (Mi, Mib, Re, y muy rarísimamente Reb y Do) son muy efectivas si se tocan solas, en intervenciones aisladas, sin ritmos que enturbien la ya de por sí turbia sonoridad de una nota extremadamente baja. Son notas con un efecto dramático bestial, pero debes usarlas con cuentagotas y sabiamente (tempos lentos, ritmos muy simples, en momentos clave…). Dobladas en 8ª funcionan muy bien, y como ejemplo de notas graves, podéis escuchar las sinfonías de Mahler. Las notas por debajo de Fa no son comunes; sí se usan en música de cine, pero sabiendo lo que se hace. La nota más grave que he tocado (y ha sido un caso bastante excepcional) ha sido un Re (y, precisamente, en una banda sonora de John Barry).
Para el Fa también necesitas un 32. El timbalero deberá esmerarse para conseguir articular y que salga bien claro ese ritmo (por cierto, escribe corchea con puntillo en vez de dos silencios, que esa escritura es un poco farragosa).
El Sib funcionará fantásticamente en un 29 (en el 26 quedaría demasiado “fofo”) y no hay nada más que decir respecto a él.
El Sol sonará mejor en el 32 que en el 29, y aquí es donde tenemos problemas, pues estamos compartiendo instrumento con el Mib. Primer problema: esa tercera en un registro tan grave, tenderá a sonar “barullona”. Segundo problema: si tocamos el Mib en el 32 y el Sol en el 29, sonará mal porque el Sol no estará en el timbal adecuado (parche demasiado flojo). Tercer problema: si el timbalero no es bueno con los pedales, no dará ni una.
Todo este pasaje se puede tocar sin ningún problema con dos timbales y “pedalizando”, el problema es que a)el timbalero no sea capaz, y b) aunque se toque bien (y es bastante fácil), el resultado es malo por todo lo que expliqué antes. Por tanto, por bien que se haga, el esfuerzo no merece la pena. Si sólo tienes dos timbales, estás jodido porque el resultado no es bueno
; si sólo tienes dos timbales y además un mal timbalero, estarás doblemente jodido
.
En mi opinión, re-escribir la parte y cambiar algunas notas por su octava, sería lo mejor. Hay varias opciones y te las pongo a continuación, ¿vale? En cualquiera de estas versiones tendrás las notas colocadas en el instrumento idóneo, sonando a su máximo potencial tímbrico, dinámico, de articulación...además de facilitar la parte si das con un timbalero "pies planos".
La primera implica el Fa y el Sol en el 32, el Sib en el 29, y Mib en el 26. Sólo habría que cambiar de Fa a Sol en el momento indicado (decir que, por otra parte, esa grafía con flecha que puse en la partitura, es la que solemos utilizar para indicar los cambios).
La segunda, el Sol en el 32, el Sib en el 29, y el Mib y el Fa en el 26. Sólo hay que cambiar de Mib a Fa en el momento indicado.
Cualquiera de estas dos formas sonará mucho mejor (calidad de sonido, afinación, articulación…), y será mucho más fácil de tocar en caso de que el timbalero sea un poco manazas. ¿Cuál de ellas? La que consideres que mejor se adapte al carácter de tu obra.
Por otra parte, no pones ninguna indicación dinámica, de articulación, fraseo… ¿qué pasa, que los timbaleros no hacen música?
Con respecto al vídeo, menos mal que “no siempre contamos con profesionales así”, porque entonces estábamos aviados... Lo primero que debería hacer ese timbalero, es arreglar los “balance action pedals” de sus Ludwig Professionals para que no hicieran ruido cuando se accionan. Lo siguiente que debería hacer es vigilar su afinación, porque muchas veces se queda escandalosamente alto, otras se pasa por abajo, va "buscando" las notas…en fin. Lo tercero, evitar los glissandi entre nota y nota, que se oyen demasiado y son de pésimo gusto (y técnica). Lo cuarto, cuidar su sonido, que es bastante, por decirlo de alguna manera, poco fino (aunque esto se puede pedornar si es cuestión de la poca calidad del audio que tiene esta peliculita).
Lo que muestra ese vídeo no es nada excepcional (sí es excepcionalmente malo como toca…Niños, no hagáis eso en casa
). Lo que ahí se ve (pero bien hecho) es lo que debe hacer cualquier alumno que quiera acabar el Grado Superior, cualquier profesional que tenga que tocar Bartok, Strauss, Nielsen, Janacek, Mahler, Stravinsky, Walton, Bernstein, Britten...y quiera conservar su trabajo, además de cualquiera que se presente a una audición: si ese timbalero toca así en una, no pasará de la primera ronda.
Un saludo.