#26 Claro que pasa por 4 ó 5 manos más. En la tele nos sueltan eso, que pasa por 4 ó 5 manos más y engordan el precio, pero nadie dice lo baratos que son los componentes de un Mac en fábrica, y lo caros que son los joíos ordenadores.
Yo no conozco mucho el camino que hace una patata desde el huerto hasta mi mesa. Pero mi madre compraba hace un porrón (cuando todos los hijos vivíamos en casa) las patatas en un mayorista, que te las volcaba desde una tolva industrial en una bolsa de, como mínimo, 25 kilos. Allí caía de todo, y tú luego llegabas a casa y, tirando a la basura la mierda que no servía (todo fruto de la tierra, eso sí), te dabas cuenta de que pagabas 600 gr al precio de 1 kg. El agricultor vende su cosecha de patatas, y vende todo lo que saca de la tierra. El no hace selección alguna. Se la recogen a pie de huerto, o quizás él mismo la lleva a la cooperativa que está a dos pasos. Allí se vende a un mayorista que tiene que hacerse cargo de transportarla desde la cooperativa hasta sus instalaciones, donde, como dije, saca 600 gr de 1 kg después de tirar toda la mierda, patatas con agujeros de gusanos, otras que aun llevan el gusano, patatas verdes, patatas con una verruga más grande que la propia patata, patatas con la piel rascada.... porque, claro, todos los que aquí escribimos queremos unas patatas de puta madre, relucientes, redonditas, sin mácula, sin agujeros, sin gusano, sin tierra, de color patata, y en una bonita malla de color amarillo. El mayorista se encarga de todo eso, de transportarla desde la cooperativa, quitar la mierda, lavarlas, separarlas por calibre y enmallarlas. Y, además, lo hace en una nave con gente asegurada y sujeta a la protección de la ley de prevención laboral, con sus vacaciones pagadas y sus convenios colectivos. De ahí tiene que repartirlas, bien a un par de naves de Mercadona, Carrefour o Alcampo, a Mercavalencia, a Mercamadrid si también vende fuera, .... todo eso con camiones, que seguro que no son suyos y es un servicio que subcontrata a un transportista. Más manos. Finalmente acaba en el estante de Mercadona, desde las manos de un reponedor de Mercadona que también quiere cobrar por su trabajo.
De verdad... no termino de ver al que planta las patatas trayéndolas a mi casa.
Luego está, que también hay que tenerlo en cuenta, el empuje de la competencia desleal. No es el caso de la patata, sí de la naranja. Aquí, como dije, estamos sujetos a leyes que velan por la seguridad y los derechos de los trabajadores, lo cual, obviamente, encarece el producto. La naranja valenciana se encuentra con la competencia desleal de, por ejemplo, la naranja de Marruecos, proveniente del campo de algún coronel del ejército marroquí que tiene a gente trabajando en condiciones de semiesclavitud, sin ley de prevención de riesgos, ni vacaciones pagadas, ni cristo que lo fundó. Lógicamente, esa naranja es mucho más barata. Y la UE se la tiene que tragar si quiere que Marruecos permita pescar en los caladeros saharahuis a nuestros pescadores.
Y como todos vamos al hipermercado más barato, porque es lo que aquí estamos diciendo, que para qué cojones vamos a comprar al frutero de la esquina que es un mamón y un tramposo, pues los hipermercados buscan el precio más barato, y el agricultor valenciano tiene que vender sus naranjas al mismo precio que le cuesta al cabrón del coronel marroquí.
La culpa, al final, es nuestra, que compramos lo más barato y nos importa una mierda lo que hay detrás. Otro día hablamos de los derechos laborales en China.