Gracias a todos por la escucha y las felicitaciones.
Ludwigvan escribió:
Me sigue encantando la escena final...
Ya lo dije en su momento, la música es bestial. Y más aún, cuando se escucha viendo la escenografía. Y lo dice alguien a quien el baile...se la suda, jeje.
Bestial ¿de bestia?
¿Tienes problemas de sudoración cuando bailas? Eso es normal, y más en la parte por tí referida y en según qué "bailes"
La escena final es, creo yo, la única que podía ser. Podría tener una melodía u otra, pero se necesitaba un final grandilocuente como ese y premiar al espectador con un caramelito.
JLRoman escribió:
Felicidades un gran trabajo, he estado escuchando otras cosas tuyas más atonales y están muy bien, mi enhorabuena
.
Se agradece escuchar por aquí algo tocado con instrumentos reales cuando la mayoría tiramos de librería
.
Dagaru escribió:
Me ha gustado mucho. Esperaba otra cosa menos "tonal", pero la verdad es que me ha encantado la mezcla de estilos, los diferentes registros, las instrumentaciones, la fuerza... Creo que está compuesta con mucho estilo y con sensibilidad musical.
Paraab escribió:
Me ha sorprendido lo sencilla y asequible que es esta música en comparación a otras obras tuyas.
Sólo he escuchado los temas una vez, y tu música se disfruta más con varias escuchas. Pero ya te digo, no me esperaba algo tan asequible.
Compositor todo-terreno
Cada espectáculo necesita su música. Aquí no podía ser música abstracta; no, al menos, todo el tiempo. No hay que olvidar que se trata de una hora en la que hay que llevar la acción escénica y dramática, en la que hay que hablar por los actores y bailarines, por lo que una música abstracta y atonal no creo que sirviese a esa función. Tal vez hubiera sido distinto si fuese una obra o p.ej. una lectura poética de 10 minutos.
Pero no os preocupeis, que hay mucha más música. Ya iré colgando otras escenas menos "biensonantes". Es que he sido un poco tramposillo y he subido unas que suenan muy bonito.
Creo que el final que nombraba Ludwig es el único realmente tonal, incluso hilando más fino, solo el último tema de la escena. El resto de la obra se mueve entre varias aguas y no termina de entrar en la tonalidad aunque sí que su sonoridad lo parezca. Hay mucho empleo de la cuarta y de la segunda, también contrapunto libre. Y como dice Dagaru, mucha mezcla de estilos o de ambientes: momentos de esos bonitos de amor, escenas de misterio, oscuras, fragmentos maquinistas, el charleston del piano (que les dió por llamar ragtime y casi se queda así), esa obsesiva danza lasciva orientalizante, el tema cuasi-blues del clarinete, etc. Eso enriquece la obra, si no, podría haber sido un ladrillo como los sillares de una pirámide.
Además había que regular muy bien las tensiones estéticas (por decirlo de algun modo) a lo largo de la obra para no poner al público en fuga. P.ej., el tema de María con los oprimidos, llega en torno al minuto 25 y sirve de relax dramático para el espectador que viene, el pobre, siendo castigado con momentos muy dramáticos tanto en escena como en la música, de gran tensión alguno de ellos, y con músicas más oscuras, menos amables. Así que en ese momento se le da un descanso al sufrido espectador que por fin se acomoda en su butaca, vuelve a apoyar la espalda en el respaldo, disfrutando de un momento agradable en lo músical y en lo que ve en el escenario.
Sobre los músicos de verdad, resultan más estresantes que las librerias: hay que afinar e ir todos a una, cosa que el trabajo con maquinitas nos hace ver como algo obvio pero que cuesta lo suyo. Luego nuestra máquina no protesta ni se queja por que tiene poca luz en el atril, p.ej.