Cangrejus escribió:
la mezcla y popificación ayudan mucho
La homogenización diría yo... el esfuerzo por lo raso, lo escaso, lo simplón...
klausmaria escribió:
Me da que con ese arreglo no iba a funcionar en el Billboard... vamos, una suposición, ya puedes meterle millones en promoción.
Pero ¿qué es distinto en este arreglo de cualquiera de Steve Wonder (clara influencia)? No te gusta, está claro, pero es brillante, enérgico, se puede escuchar (y bailar si quieres). No es ni tu odiada rumba ni tu odiado jazz, entonces ¿qué tiene de malo? ¿Se ha hecho el esfuerzo de promocionar algo así con los millones de Bieber...?
lgarrido escribió:
Deplorable. ¿Cómo hay gente que se atreve a destrozar hits convirtiéndolos en música?
Unos niñatos sin respeto por na, es lo que tiene el arte y su irreverencia. Vamos, cosas de piojosos.
klausmaria escribió:
Simplemente me gusta observar el signo de los tiempos
Yo soy más de actuar, de militar en causas justas y no dejarme arrastrar por la corriente. Milito como profesor en la creación de una conciencia crítica musical en mis alumnos, y prospera, créeme. Es mi labor, mi deber como artista sensibilizar a formas complejas de arte, porque estas están más cerca de la naturaleza humana que la simpleza de la música industrial.
Hay un gusto por oír los mismos modelos una y otra vez, en el fondo es como oír el mismo tema con variaciones (muy mínimas). Decir "me gusta el pop de hoy" es muy distinto a "me gusta (o no) el jazz", ya que este último engloba multitud de estilos más que populares y mucho más ingeniosos que sus contrapartidas industriales, por lo tanto no son estilos comparables.
Decís con mucha alegría que no os gusta el jazz, pero me cuesta creer que en la multiplicidad de dicha música no hay un espacio para oídos edulcorados por el pop. Y me apena ver que el "disgusto" por el jazz es muestra del poco conocimiento que se tiene de él, siendo la fuente que es de tanta música actual, desde la orquestación (a ningún tema de pop le falta un bajo, un solista, un instrumento armónico, una batería con su bombo, su caja, sus timbales, su hi-hat y sus platos...), a la estructura pentatónica/blues de las melodías, los recursos modales, los solos instrumentales (que desde luego grabamos muchos jazzistas en producciones de pop), los arreglos de cuerdas o vientos, etc., etc. En realidad estáis más que acostumbrados a los elementos de jazz que hoy hay en el pop.
Si hiláis hacia atrás con decidido estudio del estilo, con atención a las verdaderas influencias del pop (nada de prensa especializada: estudio y análisis directo del repertorio!), daréis con su fuente. Pero claro, es un viaje de no retorno, una renuncia al paladar infantil que haría que la mitad de la biblioteca de pop que escucháis hoy día vaya a la basura por insípida.