dario escribió:Te aconsejo otras lecturas.
Hombre, es que la profesión de "crítico musical" en una revista sobre pop/rock da para mucho Creo que ya he enlazado alguna vez este artículo sobre G. Sanz el inmarcesible crítico musical de El Mundo.
Si el pop contemporáneo es la nada, ser crítico sobre la nada es ya una postura kantiana
VicisitudySordidez escribió:G. Sanz es crítico musical. Como todos sabréis, la peor especie de periodista que existe. La crítica es una profesión espinosa, pues casi siempre implica subjetividad. Pero algunos al menos tienen a qué agarrarse. Los críticos literarios se pueden centrar en la corrección del estilo o analizar estructuras. Los de cine en la calidad técnica de la realización o el montaje. Los de teatro en la puesta en escena. Pero, ¿qué hacen los de música? De entrada, no suelen tener ni idea de teoría ni de técnica. Además, no pueden hablar de ello, pues a menudo les gustan cosas que están mal interpretadas (nunca olvidaré una reseña que leí hace años que alababa la agradable impericia instrumental del grupo. O sea, que eran más malas que la carne de perro).
Tampoco pueden basarse, como sus compañeros de otras disciplinas, en la originalidad, pues todos sabemos que, en el fondo, todas las canciones pop o rock que critica esta gente son iguales.
http://vicisitudysordidez.blogspot.com.es/2007/04/ente-onvre-g-sanz.html
Pero vamos, que siempre me han dado algo de risa los críticos del Rockdelux y similares con su particular criterio para separar "la calidad" de lo mundano mucha risa, la verdad.
dario escribió:Y pues es quien hace iguales
Al rico y al pordiosero,
Poderoso caballero
Es don Dinero.
Tengo mis dudas, pero es posible que sí.
¿Una producción lujosa puede vender a un intérprete mediocre?
¿Una producción de calidad puede vender un tema mediocre?.
¿Se puede separar la calidad del tema, la producción y el artista?.
Ya digo que tengo mis dudas. Y sobre todo, habiendo tantos temas ¿porqué escoger y lanzar los mediocres?.