La teoria es que cada artista es dueño de sus derechos simplemente por ser el autor, no tiene porqué reivindicar o declarar ante ningún organismo que ha creado esa obra. De lo que se trata es que tengas una manera de demostrar en caso de plagio, que tu obra existia antes. Lleva la partitura al registro de la propiedad intelectual, eso constituye una prueba legal ante un juez que demuestra que esa obra existía en la fecha en la que está registrada.