Esto me recuerda en cierto modo a la creencia de los desahuciados indoctos con artrosis y el abuso de los herbolarios cuando ofrecen como remedio para ese mal la ingesta abundante de cartílago de tiburón.
Sí así fueran las cosas, habría miles de cerebros (vamos, miles, miles, tampoco hay tantos) que serían usurpados a sus dueños para ser convertidos en comida mágica para dejar de ser tontos, y candidatos necesitados me parece que hay más que posibles donantes, aunque fueran involuntarios.
Respecto a la emulación, tan de los últimos treinta años, pues aquí estamos que la chavalería quiere tomar las frecuencias güenas y aplicarlas sin cortapisa alguna, como si el sonido fuera en su resultado final algo tan troceable y copiable.
En este caso se trata de una evisceracón menos a las bravas, la puntita nada más, no se trata de cortar el brazo que me interesa de ese individuo para mí criatura de laboratorio sino aprenderlo y aplicarlo.
A lo mejor para la conducta (y así, así...); pero el brazo original tenía un no sé qué..., ya ni nos referimos a la minga.
Esto de extraer los ajustes aplicados por grandes de la producción y el estudio para convertirlos en preajustes listos para usar sería más útil (y desde luego más propedéutico) si fuera usado para tener en cuenta, para observar, y para aprender de los maestros.
Esa técnica, a parte de entrenamiento auditivo no sirve para nada, no puedes copiar el sonido de un instrumento si no es el original, ¿que reverb usa, que parámetros, etc?, sin contar la interacción con los demás instrumentos y procesado.
Es como saber los ingredientes de un perfume sin saber sus cantidades, (un poco de agua, una pizca de pétalo de rosa, etc) te saldrá algo más parecido a pachuli o agua sucia con color que a una buena fragancia.
Me sorprende que a día de hoy, aun hay gente que "vende" esa forma de sonar "pro" sin pies ni cabeza.
un saludo